Todo está cubierto por la oscuridad. Poco que poco en los pasillos aparecen pequeñas luces rojas de emergencia, que no logran iluminar el camino lo suficiente. No hay energía y eso es gracias a la pequeña explosión que cause en uno de los paneles de energía. Genial. Con ello tengo la ventaja de caminar por el lugar sin que las paredes se cierren o abran ante mí, como también, Damián no podrá ver dónde estoy. Sin embargo, tengo una gran desventaja y es, aunque ambos no veamos bien por donde estamos caminando, Damián conoce a la perfección este lugar, mientras yo solo tengo de mi lado la suerte que Dios me permita disfrutar. Vamos, si se puede — me anima Sunny. Me aferro a mi arma y camino con cuidado. Ya no hay un camino de cuerpos sin vida, ya no hay sangre que seguir, ya no hay ruta
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