Me desperté a la mañana siguiente y miré fijamente el techo. Me había quitado la fina manta durante la noche y la brisa de mi ventilador me aparto el pelo de la cara. ¿Será buena idea encontrarme con Matteo o lo dejo ir? Si lo hago,pasaré un momento agradable que me hará olvidar mi triste vida por una hora. Y si no lo hago, no sabría el dolor que vendría después, cuando el descubriera que yo no soy lo suficientemente buena para él. Un fuerte golpe en la habitación de mi madre me sacó de la cama y entre para ver qué pasaba. Mi madre estaba allí, su cabello formaba un halo salvaje alrededor de su cabeza y la ira brotaba de sus ojos. Ella estaba tratando de hablar, pero las palabras no salían. —¿Qué pasa mamá? — pregunté, y vi como mi madre se metía las manos entre las piernas. —Ah, el o

