ARIA Intenté mantener la cabeza en alto al entrar a la oficina el lunes por la mañana. Zayn y yo no habíamos interactuado desde nuestra “reunión especial”, y sabía que tendría que enfrentarlo de nuevo con todos estos sentimientos insatisfechos dentro de mí, como una tubería obstruida esperando estallar. Mi teléfono sonó cuando salí del ascensor, y miré hacia abajo para ver el nombre de Zoe deslizándose por la pantalla. Perfecto timing. Ella me daría la charla motivadora que necesitaba para enfrentar el día. —¿Qué pasa? —Solo llamo por mi actualización semanal sobre el señor Bombón. ¿Ya se han matado el uno al otro? ¿O mejor aún, han dormido juntos? No estoy segura de en cuál debería apostar primero. —Un poco de ambos —suspiré. —¡No me digas! Cuéntame más —rio. Me abrí paso entre el

