Cassie
Me apoyé contra el lavabo y miré mi reflejo de la mañana. Bien, Cassandra. ¿Recuerdas tu pequeño discurso motivacional y ese increíble plan de cinco pasos de anoche? Aguanta, campeona. ¡Tú puedes! Vas a divertirte y a disfrutar tu tiempo con Kian. Nada de cursilerías hoy, ¿entendido?
Me recogí unos mechones de cabello detrás de la oreja y me puse un poco de rímel, sombra de ojos, brillo de labios — sin importar lo que hiciéramos hoy, quería verme y sentirme bien. También me puse los lentes de contacto. ¡Nada de gafas hoy!
Al abrir la puerta de mi habitación, me llegó de inmediato el delicioso aroma a café, jugo fresco y jarabe caliente.
—Mmmm, gracias. Se ve increíble —decía Kian mientras leía un papel en la mesa donde un plato de panqueques con arándanos frescos me esperaba.
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