Cassie Mi papá estaba tan animado como siempre, silbando mientras sazonaba la salsa de pasta en la estufa. Sonreí hacia arriba mientras echaba un puñado de tomates cherry en el gran tazón de ensalada frente a mí. —Anda, suéltalo, papá. Veo esa mirada en tus ojos y sé que estás muriéndote por decir algo. Me miró por encima del hombro con una sonrisa pícara. —Oh, nada. —Se encogió de hombros—. Es solo que tú y Kian, ¿eh? —Movió las cejas. —Deja de hacer eso —le dije. —Quizá esta tragedia del incendio tenga un lado positivo después de todo. —Lo traje aquí como mi amigo. Igual que siempre. —Veo cómo te mira —objetó—. Me recuerda a cómo tu mamá y yo nos mirábamos. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, como siempre que mi papá mencionaba a mi mamá. Ellos tuvieron un matrimonio

