DANIELA.
Tiro la guía telefónica sobre la cama y luego me dejo caer frente a ella. Es la tarde del sábado y el sol se cuela entre las cortinas.
—¿Alguien hace entregas aquí?— pregunto. —Creo que la mayoría de los lugares tienen un radio de entrega de cinco millas o algo así— Al otro lado de a cama, Ben, muy desnudo, se mueve ligeramente y pasa un brazo por encima de la cabeza.
—Ni siquiera se donde estamos— dice. —¿Estamos a cinco millas de la ciudad?—
—Estamos fuera de la ruta 283—
—Ese es un camino largo—
—Justo después de los cruces esta Biteroot Creek—
—Esa es a dirección opuesta a al ciudad— dice, como si estuviera ligeramente sorprendido. Paso una página , bastante segura de que no espera una respuesta.
—No pensé bien en esta parte cuando conduje hasta aquí anoche— admito. N
