Capítulo 43

1197 Palabras

No pude escaparme de la parrillada que organizó Lisseth en la casa para pasarla bien con sus amistades. Por más que inventé excusas, intenté cambiar horarios con mis compañeros de trabajo y hasta fingir que estaba gravemente enferma, nada dio resultados y ni modo, resignada tuve que ayudarla, no solo en cortar la carne, sino también en freír y hacer muchos perritos calientes y chorizos porque los amigotes de ella parecían náufragos comiendo de todo y a montones, incluso sin respiro. Pusimos la parrilla en el jardín e improvisamos una mesita para los ingredientes y cortar, allí, la carne en trozos. También acomodamos los casi cien panes que compramos en el supermercado. Mi papá nos ayudó cargando las gaseosas y los platos y vasos descartables. Mi mamá puso muchas bancas para los invitados

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