—¡Joder!. —Expreso, Isabel, se dio la vuelta para encontrar a su hermano Diego frente a ella. —¿Qué mierdas te pasa Diego?, ¿cómo se te ocurre hacer esa estupidez?. Se levantó de la cama tomando su toalla y quitando las sabanas de la cama, ya que su hermano tiro un vaso de agua sobre ella. —¿qué carajos te sucede a ti?, te estuvimos llamando, pensamos que algo malo te había pasado. —Grito tan fuerte que Isa se tapó los oídos. —No, la niña no pudo tomar el teléfono y decir, «estoy bien, disculpen, pero paso». Su tono de voz cambio mientras decía las palabras. —Eres una desconsiderada, ¿los sabías?. —Se sentó en la cama y suspiro hondo. —No creíste en que yo podría necesitar de tu compañía. —¿Para qué podrías tu necesitar de mi compañía?. Pregunto quitándose la ropa mojada. —Somos los

