En el recuento de los daños me pude percatar de todo lo que había perdido, lo que había ganado y lo que había aprendido. La verdad es que nunca pensé que mi vida sería fácil, porque cuando tuve conciencia de que tenía una vida ya había perdido demasiado. Pero tampoco esperaba que sucedieran más cosas de ese tipo y, sin embargo, pasaron. No voy a señalar culpables, pues independientemente de cómo hayan sido las cosas, a mí nadie me debe nada. Nadie me prometió que la vida sería sencilla, ni que solo habría felicidad, así que, si hubiese que culpar a alguien, culparía a mis expectativas. Aunque no es que esperara nada. Más bien es eso. Yo no esperaba que pasara todo lo que pasó, por eso la sorpresa. Cosas inesperadas han pasado por mi vida, y no pudo evitarse. Estoy segura que nadie esp

