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1976 Palabras

Gabriel No podía creer lo que había hecho Manuel, me había defendido adelante de todos en la parroquia. No sabía cómo sentirme, no sabía si me aterraba o estaba contento. Lo último que quería era meter en más quilombos a Manuel, aunque parecía que esa era mi especialidad ahora: meter a todos en quilombos que no son suyos. Solté un suspiro. Quería relajarme un poco y no pensar demasiado. Me metí en el baño y abrí la ducha. Dejé que el agua corriera para que se calentara, mientras, me desvestí dejando mi ropa en el canasto. Me metí abajo de la ducha y dejé que el agua caliente diluyera todo. Bueno, esa era mi intención hasta que apareció el Padre en mi cabeza. El golpe, los besos, sus palabras, la compensación. Se me había olvidado por completo que iba a compensarme. Probablemente no fueran

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