Abril
Estoy que me como las uñas de los nervios, ya han pasado más de tres días y aún no he recibido ninguna respuesta por parte de las empresas, Clarissa intenta animarme diciéndome que eso es normal cuando entregas un currículum pero mis nervios no me dejan creerle.
Justo ahora me encuentro sentada en mi cama revisando por tercera vez en lo va del día mi correo, los gemelos se encuentran en la escuela, estos días con ellos han sido muy difícil, ya entiendo por qué dicen que ser madre es muy complicado, y mucho más para mí, ya que en mis planes de vida no estaba el tener niños tan pronto, me a costado acostumbrarme a qué ya no soy solo yo, ahora tengo que estar pendiente las veinticuatro horas de ellos, y no lo niego, he llorado varias veces en estos pocos días, en especial por las noches.
Lo que me ha llevado a tener que usar un poco más de maquillaje de lo usual para tapar las ojeras.
Hago mi computadora a un lado y me levanto de la cama para ordenar un poco mi cuarto, justo ayer vino el novio de clarisa y me ayudó a pasar la cama de el cuarto de invitados a mi habitación, ya que por alguno razón el par de terremotos no quieren dormir en ese cuarto, tal vez tenga que pintarlo y comprarla algunas cosas para que parezca más un cuarto para niños, por qué admito que de verdad se ve algo frío.
Estoy recogiendo un par de juguetes que se encuentran en el piso cuando mi teléfono suena, me apresuró a cogerlo y me quedo completamente extrañada cuando veo que es una llamada vía i********:, quien llama por ahí hoy en día, me extraño mucho más cuando veo el nombre de usuario, Ccollins18, ¿pero que clase de nombre es ese?
-¿Hola?
-Al parecer si te di mi número mal.- reconozco la voz a el instante.
Me olvidé por completo de mandarle la lista.
-Se saluda primero.
-Hola cómo estás yo estoy bien y tú, nada más llamaba para saber por qué no has llamado.
-Se me olvidó.- no tengo ninguna razón para mentir.
-Aaah ya.-se hace un corto silencio.- Yo pensé que no me habías escrito por qué ya te habías casado.
-Obvio no, solo se me olvidó, pero gracias por acordarme te enviaré ahora mismo la lista con los nombre de los solteros millonarios.
-De acuerdo.
-Aunque no sé si sepas quiénes son.- pensándolo bien, no se cómo me puede ayudar a escojer si ni siquiera los conoce.
-Creeme, los conozco a todos.- me sorprende.
-¿Y eso?
-¿Acaso mi apellido no te suena?
- No la verdad es que no.
-Soy el hijo menor de los Collins, la familia de abogados.
-aaah si, ya se quienes son, como no me di cuenta antes.-me río sola.
-No te culpo, yo tampoco te reconocí a la primera.
-Bueno entonces supongo que podrás reconocer algunos de los nombres.
-Supongo que si.
-Oye te quiero hacer una pregunta, bueno en realidad son dos.
-Te escucho.
-La primera es, ¿cómo conseguiste mi i********:?
-Se pueden conseguir muchas cosas con solo el nombre y apellido.
-Me asustas.- la verdad no me asusta pero hay que intentar ser graciosa.- pero bueno, la segunda pregunta es ¿por qué simplemente no llamaste al número de la casa?
-Fue más divertido stalkear tu i********:.
-Espero qué aunque sea les hayas dado me gusta a mis fotos.
-No lo hice pero ya lo haré.
-Eso espero.
-Sabes, me gustaría que nos reuniéramos para hablar bien sobre cuáles son tus gustos, para así poder elegir los candidatos que se adecuen más a tu perfil.
-Si tienes razón tu dime cuándo y dónde y no vemos.
-¿Estás ocupada justo ahora?
-No la verd... ¡aah! - pego un grito cuando veo mi computadora y noto que me ha llegado un correo electrónico de una de las empresas.
-¡¿Estás bien?!
-Siii.- vuelvo a gritar emocionada mientras empiezo a leer el correo.- parece que conseguí un trabajo de...
Me quedo en completo silencio cuando llegó a la parte de el correo en donde dicen de que es el trabajo.
-¿De?
-De limpieza de oficinas.- Las ganas de llorar me ganan, empezando a derramar lágrimas sin control.- Yo no quiero un trabajo de esos.
Sollozo y me empieza a entrar el pánico.
-No es que discrimine ese trabajo, pero yo no lo quiero.-me sueno la nariz.- Tengo un título que pensé que me haría mucho más fácil la búsqueda de un trabajo pero la verdad es que no, no me sirve de nada.
-Solo cálmate si, ya encontrarás otro trabajo mejor.
-No puedo calmarme, tengo días buscando trabajo y nadie me lo quiere dar por mi falta de experiencia laboral, se niegan a ver mi gran desempeño en la universidad, y me va a tocar aceptar ese trabajo, por qué no puedo seguir siendo mantenida por mi amiga.-intento dejar de llorar.-Estoy enojada con mis padres por no haberme mostrado lo difícil que es la vida real, por haberme acostumbrado a no hacer nada.
-No pasa nada, yo mismo te ayudaré a buscar un trabajo que se adecue a ti.- su voz suena bastante calmada.- Tampoco pues enojarte con tu padres por simplemente querer que lo tuvieras todo, ellos solo querían hacerte feliz dándote todo.
-Lo se, y los amos por eso, pero en momentos como estos pienso en que tal vez hubiera sido mejor si no hubieran sido así, no tienes una idea de lo difícil que es estar aguantando las críticas de la gente por qué mis padres me mantienen, es agotador fingir que no me importa lo que piensen de mi.
-Estoy de acuerdo contigo, debe ser agotador, pero solo ignoralos como siempre lo haces.- supiera.- veré qué puedo hacer para conseguirte un buen trabajo, por ahora solo tranquilízate y ven a verme en media hora en el parque honey.
-De acuerdo.
-Nos vemos en un rato.
-Gracias, no se por que me ayudas pero en verdad te lo agradezco.
-No vemos.
Se que no me contestó por qué lo más probable es que no sepa por qué lo hace, pero no importa, ya después averiguaremos la razón.
Me dejó las cosas que estaba arreglando en su lugar y me dirijo a el baño para darme una corta ducha, no me da pena que Chase me vea sin arreglarme, pero se que hay la posibilidad de que me encuentre con alguien conocido y no puedo permitir que me vean al natural, por lo que me arreglo y me maquillo todas las imperfecciones como si fuera a ver al mismísimo rey, una vez que estoy lista, guardo un par de cosa que pueden ser necesarias en la no de mis bolso y luego salgo hasta mi coche para irme a mi punto de encuentro.
Quisiera decir que llegue a la hora, pero es que no fue así, llegué quince minutos después, pero Chase me tendrá que entender, media hora no es suficiente tiempo para arreglarme.
De forma milagrosa consigo un sitio libre para aparcar de inmediato, me bajo y cierro todo con seguro antes de empezar a caminar por el parque en busca de Jeff, aún no se porque le puse ese nombre pero le queda bien, un grupo de hombres se me quedan mirando cuando paso frente a ellos, todo gracias al pequeño short deportivo y la blusa ceñida que traigo puesta, y es que si iba a venir a un sitio en donde se hace ejercicio tenía que utilizar ropa acordé.
Camino un poco hasta que veo a Jeff junto a un par de señoras en ropa deportiva, el par de señoras se mueven con coquetería mientras le hablan, Chase les sonríe visiblemente incómodo intentando que dejen de tocarle los brazos, decido ayudarlo, el está haciendo mucho por mi y no sería justo que no lo ayudará por lo que activo mi modo perra y me acerco a los tres moviendo mi cabello.
-Hola mi amor.- me paro a su lado y le beso la mejilla.-¿todo bien?
-Eeh si si todo bien.- pone cara de confusión pero luego la quita y me sigue el juego poniendo su mano en mi cintura.- te estaba esperando.
-¿Y ellas son?- el par de señoras de ponen derechas y intentan de manera fallida sacar el pecho.
-Solo hablábamos, pero ya terminamos.- me toma de la mano y empieza a caminar lentamente de espaldas.- un placer charlar con ustedes.
Se termina de dar la vuelta por lo que yo tambien hago lo mismo, caminamos tomados de la manos las manos hasta que las perdemos de vista, disimuladamente le suelto la mano, y una vez nos sentamos en una de las bancas no da un ataque de risa impresionante, ni siquiera tengo muy claro el porque nos reiamos, solo se que lo hacíamos con ganas.
No fue hasta que nos empezó a doler la barriga que por fin nos detuvimos.
-Viste cómo me miraban esa viejitas, me asusté, parecía que me iban a saltar encima en cualquier momento, ¡podrían ser mis abuelas!
-Te miraban como un pedazo de carne bien jugoso.- digo riendo.
-Gracias por salvarme.- toma mi cara y me da un beso en el cachete tal como yo lo hice con el
-No hay de que.- el sonrojo en inmediato.
-Cuentame, ya tienes los nombres de los afortunados.
-Si, son estos.- saco una pequeña libreta de mi bolso y se la doy.- pensaba enviártela por teléfono pero preferí mejor mostrarte la en físico.
-Muy bien pues empecemos.