Me miro al espejo y aun cuando estoy vistiendo la ropa que más me gusta, me peiné cuidadosamente y procuré maquillarme lo más natural y bonita posible; siento que podría vomitar de los nervios.
No siento maripositas en mi estómago, son más como mariposas enormes. No puedo creer que voy a hacer esto.
Pero, como me dijo Amanda después de una larga charla de chicas, quien no arriesga no gana, y ese algo me empuja a buscar a Viktor y tenerlo para mí, me recuerda esas palabras con insistencia.
Sí, él no ha demostrado ni un poco de interés en mí, pero, hasta que no me declare y él me rechace apropiadamente, no puedo darme por vencida.
Y es por eso que hoy, usando un vestido floreado rosado suelto, mi favorito; un par de botas altas blancas que me hacen sentir segura de mí misma y mi labial r
