Mila
Mi mente no dejaba de divagar desde el momento que me dejo sola en la habitación.
Luego de dormir involuntariamente una siesta que se sintió como días, me acomode contra el respaldar de la cama y colgué mi cabello a un costado, mirando directamente a la puerta, esperando alguna señal de vida.
Necesitaba encontrar una forma rápida y eficaz para salir de donde sea que estuviera y rescatar a mi hermana. Sonreí sintiéndome parte de la película que tanto me gustaba mirar con Katia, donde el padre buscaba hasta debajo de las piedras a su hija secuestrada por una red de trata de blancas con el fin de ganar dinero a cambio de su pureza. La inteligencia ya la poseía para buscar información, solo necesitaba comer algo para activar nuevamente mi adormecido cerebro.
El estomago me rugía y m
