~~ 0 ~~ El alfa se encontraba tan sumido en la tristeza y en la agonía de sus pensamientos que ni siquiera era consciente de cuánto tiempo había transcurrido desde que la mujer le había arrebatado lo que más quería y lo había encerrado en este lugar. Podía ser horas, días, meses o años; sin embargo, para él, era como si el tiempo pasase totalmente lento e insoportable. Había sido tan pocas las veces que le habían ofrecido alimento o agua para calmar el ardor de su estómago que el alfa podía sentir como de apoco sus intestinos se iban comiendo a sí mismo en cada exhalación que hacía. Su cuerpo había sido transfigurado a nada más que desechos inservibles, Nathanael podía oler el aroma pútrido de la carne encarroñándose. Su organismo había sido golpeado tantas veces que había perdido la

