Me siento en la silla de Nicolás mientras veo a los demás comer, no he comido nada desde que Nicolás se fue a Colombia y de eso ya van dos días. Lo único que entra por mi cuerpo es agua, o yogurt. Pero algo sólido no. Mamá me mira mal al ver qué casi no le estoy tomando al yogurt con frutas que tengo frente a mí. —Bastián, Axel y Henry—los tres se giran a mamá que muy amablemente me señala a mí—, me ayudarán a qué Sacha coma las tres veces al día. —Mamá estoy sana. —Y desnutrida si no comes como se debe. —Sólo llevo dos días sin comer—arquea una ceja antes de abrir la boca. —Axel te encargas del desayuno, Henry de la comida y Bastián la cena—me odia y lo está demostrando ahora mismo—. Tienen permiso de usar la rudeza de ser necesario. —Pero... —No me contradigas, Gato—mi colega cie

