– Ya le dije que no tengo lo que buscan. – Y yo ya le dije que no le creo. – Pero es la verdad –rebatió ella desesperada, en un intento por convencerlo. –Supongamos que es cierto – dijo midiendo la situación – supongamos que usted no tiene la información que se robó. – Así es, no la tengo. – Entonces, ¿qué va a hacer para conseguirla? – el tipo se puso de pie y caminó hacía la ventana – llevamos mucho tiempo perdido en usted, el jefe está desesperado, y la verdad a mí ya me está cansando ésta situación. – Pero yo no puedo hacer nada – estuvo tentada a pararse, pero no lo hizo, sabía que el tipo la sentaría otra vez, ya que ella era más alta que él, y tal vez este no quería sentirse en desventaja. – No sé por qué motivo el señor Richardson la corrió de su casa, talvez el nene no es s

