MARION
Llegué a la mesa donde Jonathan me estaba esperando con la copa de vino que el mesero me había servido cuando fui al baño. Me senté en mi lugar mientras me seguía con la mirada. ¡Mierda! estaba viendo mis pechos y no sabía cómo salir de la situación, ese estúpido beso lo había complicado todo.
Sería más fácil si le tomara la palabra a Bruno y lo moliera a golpes. Tal vez de esa manera podría decirnos quién es la persona que nos está queriendo patear el cul*o de manera anónima.
— Tardaste un poco —me dijo Jonathan una vez que me senté frente a él. Me miraba con cierta curiosidad.
— Soy mujer —le sonreí como si ser mujer fuera la excusa correcta— retocar el maquillaje toma tiempo dependiendo la compañía. Entre más grata más tiempo —le mentí. Uff, si supiera que estuve con Bruno.
