Sus palabras retumbaban en mi cabeza, concentrándome plenamente en ellas. Había decidido intentar transformarme; una y otra vez. Quería dejar el dolor atrás cuanto antes, quería aprender a controlar mi forma lobuna. Entonces todo comenzó de nuevo. El dolor, el ruido de mis huesos rompiéndose en mil pedazos para luego tomar otra forma; ese sufrimiento que ya experimenté una vez, quemándome por dentro. Me concentré, canalicé, como explicó Louis la otra vez. Sin embargo, esta vez no fue mi madre quien apareció. Fue Ciro, tan sólo él. El beso, sus labios, todo lo que sentí aquél día. Fragmentos de nosotros cruzaban mi mente en pequeños flashes. Me centré en eso, mientras intentaba ignorar el dolor. Oía a Rain, a Louis, diciéndome que no perdiera la concentración. Ciro, concéntrate en Ciro, m

