Rhys —Aprendió por las malas que el encanto no lo resuelve todo —dijo Mira con una risa y luego aplaudió—. El almuerzo está casi listo, Andreina, ve a lavarte. —Solo vine a traerte comida, Mamá, no puedo quedarme. —¿Esposos que encadenar? Ella me lanzó una mirada fulminante y me hizo un gesto obsceno. —Andreina —la reprendió su madre—. Eso no es amable. —No soy amable, Mamá. Reí. —Finalmente, algo en lo que estamos de acuerdo. —Nuestras miradas se encontraron por un momento largo y tenso. No podía distinguir si era pura tensión s****l o si había algo más mezclado, pero definitivamente había atracción. Culpo al vestido n***o ajustado que abrazaba sus curvas, exagerándolas a la perfección—. Te ves encantadora hoy, Andreina. Su mirada se entrecerró. —Gracias. Tus cumplidos están mejor

