“Es solo compartir la cama” había dicho Fernando cuando no le permitió a Airam elegir otra habitación a la de él al llegar a ese lugar. Y es que él la quería tener pegadita a él. Pero ella no se sentía cómoda, por eso se alegró muchísimo cuando Fernanda dijo que todos dormirían juntos en la cama de su papá, al fin y al cabo, era muy grande y cabían bien los tres. Y así, tras recibir todas las mañanas un beso en la cabeza, Airam abría los ojos y se encontraba a Fernanda pegadita a su pecho, provocándole sonreír, y a Fernando sin camisa caminando hasta el baño para vestirse y comenzar con el ejercicio que hacían juntos cada mañana. Comenzar a hacer ejercicio había sido demasiado difícil. Airam tenía tan mala condición física, y con sus males adyacentes, siempre terminaba viendo oscuro y
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