XLVI
Capítulo 46:
Locuras, peleas y otras obscenidades.
VENUS MANSON
Escuché murmullos pero no podía despertarme o moverme, como una parálisis del sueño, recordaba a Cesar estrangulándome, luego yo desmayada… joder.
No podía creer que el chico con el que compartí un año de mi vida me hubiera intentado matar. Por amor a Dios, yo lo conocía, nunca sería capaz de hacer algo como eso… o eso creía, ¿Para qué entró a mi habitación?, ¿Por qué perdió los estribos? ¡Estaba demente!
Escuché nuevamente los murmullos lejanos, intenté moverme o abrir los ojos pero me sentía muy pesada, sentí el leve rose de unos helados dedos rasposos en el contorno de mi mano derecha, temblé ante su toque sintiendo una extraña sensación como si fuera a llorar en cualquier momento, envolvió mi mano ahora
