Fabián aplana los labios y ve a la pobre Ángela pasar trabajo; entre la niña y el desastre que la pequeña causo. El CEO mete las manos en sus bolsillos para luego inclinarse del muro. Era cómico verla en apuros, la niña sí que la metió en problemas.
Y pretendía seguir metiéndola en líos, puesto que las intenciones de esa traviesa eran las de seguir tomando más figuras de cristal. Las cuales seguramente terminarían destruidas. Iba a perder una fortuna en minutos.
—Ada, ¿Por qué lo tomaste, bebé? Te dije que no se puede jugar con esto —Reprende a la niña, pero de una manera dulce.
—¿Por qué le hechas la culpa a ella?
La castaña se sobresaltó al escuchar la voz de Fabián a sus espaldas, inmediatamente, se pone en pie y lo miró como asustada. Y no era para menos, con el desastre que yací
