Oxford, Inglaterra. Presente.
“Visitas inesperadas”
El golpeteo de la puerta me hizo sobresaltar, pese a que estaba esperando con ansias el momento en que llamaran. Las gotas de lluvia se estrellaban contra la ventana y cuando abrí la puerta por fin, vi la figura empapada de Doris Farrow frente a mí. Sonreí en grande.
- ¡Cuánto te he extrañado! – No me importó realmente el hecho de que estuviera toda mojada, por ende le di un fuerte abrazo. Ella soltó una risa mientras ambas entrábamos a la sala.
- Linda casa – dijo Do inspeccionando todo con la mirada. Yo cerré la puerta tras nosotras y me encogí de hombros.
- Gracias. Es obra de Nicholas, él ha escogido los muebles – solté una risa dolorosa. – Debes tener hambre.
- No, comí en el avión – ella se quitó el abrigo y el gorrito de lana. Traía el cabello más corto, y lucía un poco más delgada. Seguía siendo hermosa, como cuando íbamos a la secundaria en West Covina. – Nick está en la universidad, supongo.
- Sí – rodé los ojos y me dejé caer en el sofá de la sala, ella se sentó a mi lado. – Pero ya pasaremos algo de tiempo juntos en la boda de Kath.
- Me alegra que las cosas hayan funcionado tan bien entre ustedes – sonrió de manera triste y dio un suspiro pesado. – Lastima que Brent…
- Hey – tomé su mentón para que me mirara – Do, linda. Lo siento mucho. Sé que odias que Brent siempre tenga esos arranques de: “No quiero volver a verte” pero sabes que siempre se le pasan luego de unas semanas. Te quiere, estoy segura. Ya volverán.
- Esta vez ha sido diferente – ella desvió la mirada y una lágrima cayó por su mejilla. Me mordí el labio porque realmente odiaba verla así. – Él ha encontrado a alguien más.
- ¡Ha de ser una chica sin importancia!
- No te lo ha dicho… ya veo. – ella me miró con una mueca, sus ojos rojos y brillantes.
- ¿Decirme qué?
- La chica con la que Brent sale… es Kelly.
“Oh, santa mierda” solté un grito para mis adentros, intentando no demostrar mi enfado frente a ella. Tragué saliva con algo de dificultad e intenté encontrar las palabras adecuadas…
- Qué mierda – gruñí.
- Lo sé – ella hizo un gesto gracioso y ambas soltamos una risa.
- Kelly no es de relaciones largas – me encogí de hombros.
- Sabes que voy a odiarla de todos modos.
- Lo sé, pero yo estoy puesta en medio. Ella es mi amiga, tú también. Y la ley es que debo odiar a tus enemigos, pero… no puedo.
- No te estoy pidiendo que lo hagas Elaine, tan solo quería que, pues, ya sabes… Me dieras algo de información – hizo una mueca de completa inocencia y yo negué con la cabeza.
- No voy a meterme, Do. Ponte en mis zapatos, son Brent y Kelly, los quiero…
- Ya, no importa – ella hizo un gesto en señal de terminar con el tema. Aunque se notaba que estaba muy herida por su reciente ruptura con Brent. – ¿Cómo va todo con tu carrera?
- Ya sabes – me encogí de hombros – La gira inicia pronto y…
Mi móvil comenzó a sonar y la pantalla indicaba que era mi hermana quien hacía la llamada. Le lancé una mirada cómplice a Doris antes de contestar.
- Hola Kath.
- ¿Está Doris contigo? – prácticamente gritó.
- Estoy bien gracias – solté con sarcasmo. Ella bufó del otro lado.
- ¿Está o no?
- Sí señorita gruñona.
- Ponme en altavoz – pidió. Hice caso de su extraño arrebato y dejé el móvil entre nuestras cabezas.
- Ya está – anuncié.
- ¡Hola Kathleen! – saludó Doris con una sonrisa dentada.
- ¡NO HAY TIEMPO PARA SALUDOS! ¿HAN VISTO LO QUE DERECK O’CONNOR HA ESCRITO EN TWITTER? – gritó mi hermana. Doris y yo compartimos una mirada extrañada y ella corrió al escritorio donde mi Laptop estaba conectada, abrió la página web mientras yo hablaba con Kath.
- Respira hermanita – reí – ¿Qué sucedió?
- Ve sus malditos tweets y te cuento el resto – rió Kath.
- ¡OH MI DIOS! – Doris se cubrió la boca con ambas manos y yo me incliné hacia la pantalla de la laptop para leer.
- “Acabo de comprar el álbum Crazy Life, de @ElaineSWeyler ¡Las mejores canciones que he escuchado en años! Felicidades Elaine, me debes una firma :)” – leí con voz temblorosa. – ¡Santo Cielo! – reí por fin. ¿Cómo se sentiría O'Connor escribiendo mi nombre ahora que mi apellido era Weyler y no Tolley?
- Lo sé – dijo Kath tras la línea – ¿Quién lo imaginaría? Dereck dándote su apoyo y pidiendo un autógrafo. ¿Dónde quedó su enorme ego?
- ¡Enterrado cuando supo que Elaine estaba comprometida! – rió Doris. Yo rodé los ojos.
- ¿Ya leíste el otro? – preguntó mi hermana yo empujé a Doris del escritorio y busqué en la cuenta de O’Connor. De pronto me detuve ante un inesperado tweet.
- “If U only knew that I really loved you. You would be right here, in my arms, only mine, and that ring in your hand would be in the dump”***– miré a un costado en las tendencias globales, se posicionaba como número uno el hashtag #Delaine. Más abajo en su perfil de twitter, decía así: - “Estoy muy inspirado.#EscribiendoCanciones. ¿Quieren una muestra?”
- Alguien aún no te supera – canturreó Doris en mi oído. Yo fruncí la boca, molesta.
- ¿Qué se supone que debo hacer? – gruñí. Kath soltó una carcajada tras la línea.
- Responder – dijo con calma. – Dejando en claro que es tu amigo.
Grandioso. ¿Qué iba responde? ¿Gracias? ¿Ya supérame? Me mordí el labio y tecleé antes de sonreír y decir:
- Ya está, Kath, actualiza mi estado.
- “Gracias @DereckOOfficial, siempre es bueno contar con el apoyo de mis AMIGOS.” – Kahtlen rió como histérica un largo rato mientras Doris no dejaba de retorcerse riendo en el sofá.
- ¡Eres cruel! – me molestó mi amiga cuando recuperó el aire.
- He dejado las cosas claras. Ya dejé atrás eso de Delaine y todo el cuento del amor con Dereck.
- Aun así le debes un autógrafo – se burló Kath – Hizo bien en comprar Crazy Life en físico, sabe lo que hace.
- Muy graciosa – rodé los ojos. – Llamaré al Sr. Moon para encargarme de que esto no suceda de nuevo.
Durante la noche Nicholas no me dejaba dormir por estar escribiendo un ensayo con su laptop en la cama. Me di varias vueltas intentando conciliar el sueño, pero el sonido de sus dedos en el teclado y la luz que proyectaba la pantalla no me dejaban pegar un ojo.
- ¿Cuánto te falta? – gruñí con los ojos cerrados. Él soltó una risa medio silenciosa y acarició mi mejilla con una mano. Lo escuché suspirar profundamente y besó mi frente. Abrí los ojos muy molesta y me incorporé. – Odio que hagas ensayos a esta hora.
- Lo siento – hizo una mueca. – Pero no tendré tiempo luego, en una semana estaremos en América, no podré hacerlo allá, menos con mis hermanos cerca.
- Entiendo – rodé los ojos – Pero últimamente me estoy cansando de tus besos en la frente y caricias en la mejilla. No quiero sonar estúpida pero…
- Quieres sexo – él rió cerrando su laptop y dejándola a un lado. La habitación quedó en penumbra y me mordí instintivamente el labio.
- Básicamente, sí. – suerte que estaba oscuro, porque realmente me sonrojé. Él se acomodó en la cama si decir una palabra y cubrió mi boca con la suya, hundiéndome en un precioso momento lleno de magia, placer, y paz.
Me levanté bastante temprano, cerca de las seis. Y debo admitir que no quería salir de la cama. Estaba cálida, acurrucada en los brazos de Nick y aspirando el exquisito olor a sexo que emanaban las sábanas.
En cuanto Nicholas se largó a la universidad desperté a Doris, quien dormía placenteramente en el cuarto de huéspedes.
- Do – la sacudí un poco – ¡Doris Farrow!
- Ya déjame dormir, Elaine.
- Prometiste acompañarme a la firma de discos – regañé – Te quiero lista para irnos a Londres en media hora, ni un minuto más.
- Te has vuelto tan gruñona – bostezó incorporándose – Deberías relajarte un poco.
- No necesito relajarme – rodé los ojos. – Necesito ir a esa firma.
- ¡Bien! – se puso de pie y caminó con holgazanería hasta el baño – Más te vale preparar un buen desayuno.
Le lancé una almohada en la espalda antes de que cerrara la puerta. ¡Yo no era gruñona! Solo estaba algo estresada con todos los proyectos que llevaba sobre la espalda. Las entrevistas, las firmas, la gira. Todo ello rondaba en mi cabeza, haciéndome sufrir porque eso simplemente me dejaba poco tiempo para todo.
Luego de comer waffles y café, Doris y yo partimos a Londres. Mi equipo de seguridad eran quienes se encargaban de mis traslados, así que viajamos una hora en furgoneta hasta llegar a la tienda Virgin Music en Londres, donde tenía lugar mi segunda firma.
Doris estaba encantada de poder participar en un evento así, porque asistirían dos mil personas y probablemente nos llevaría toda la tarde. La calle donde se ubicaba Virgin Music estaba cerrada para el tráfico, y estaba lleno de personas con pancartas que decían mi nombre. ¡ERA UNA LOCURA!
Cuando por fin pudimos entrar e instalarnos tras una mesa no muy grande, el Sr. Moon se acercó para darme algunas indicaciones sobre lo que debía y no debía decir.
- Sonríe en todo momento, Elaine, las cámaras están atentas – dijo inspeccionando el barniz de mis uñas. – Te saltaste esta – tiró de mi mano mostrándome el meñique de mi mano izquierda, que estaba levemente mal pintado porque pasé a llevar la mano cuando me hacían la manicura y no dije nada al respecto. – ¿Cuándo aprenderás que incluso tus uñas son importantes?
- Fue un accidente – rodé los ojos y tomé asiento junto a Doris que estaba emocionadísima por conocer a todos mis fans. – Espero que salga todo bien.
- Tranquila, lo peor que puede pasar es que se te acalambre la mano después de tantas firmas – ella se encogió de hombros con una sonrisa amable en el rostro; haciéndome sentir instantáneamente mejor. Tenía a mi mejor amiga conmigo en Londres en una firma de autógrafos. ¿Qué podría salir mal?
Luego de conocer a cientos de personas sonrientes que temblaban al verme, lloraban y reían como locas, me sentía absolutamente satisfecha de mi trabajo. Todo valía la pena cuando alguien me decía: ¡Me inspiras tanto! O ¡De veras te admiro Elaine!
El sol ya se estaba poniendo y no había comido nada en todo el maldito día cuando dentro de la tienda escuché muchos más gritos de los usuales. Los fláshes de las cámaras inundaron la entrada del local y me puse de pie para poder bien quién causaba tanto alboroto. Cuando Dereck O’Connor se posó de pie ante mí con una sonrisa en el rostro y Crazy Life en la mano… pues me quedé congelada. Todos dentro de la tienda comenzaron a empujarse para llegar hasta él, tomar fotos, hacerle preguntas, todos gritaban su nombre. Lo miré extrañada porque sin duda se había colado en la fila.
- ¡Cuánto te he extrañado Elaine! – Dijo abriendo los brazos para que le abrazara, cosa que hice tardíamente y gracias a un empujón por parte de Doris. En cuanto nos abrazamos el lugar estalló en aplausos. Intenté sonreír pero… no creo que haya dado resultado alguno. ¿Por qué Dereck se empeñaba en arruinarme el momento? ¿Qué tramaba?
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***: Si tan sólo supieras que yo de verdad te amaba, estarías aquí en mis brazos, solo mía. Y ese anillo en tu mano estaría en el basurero.*** Tweet de Dereck.