Luis; como que no habíamos salido, Héctor; ¿Luis cómo te sientes?...
Luis; me duele mucho la cabeza, no soporto el dolor, creo me pegue en ella.
Héctor; a de a ver sido hace un rato que se escuchó un golpe supuse que habías quedado inconsciente
Luis; si yo creo que fue eso. “entonces todo fue un sueño y nunca paso nada de lo que vi será mejor no decirle a Héctor”
Héctor; ¡bueno Luis ven ayúdame a levantarme!... Luis; ¡ya voy Héctor!...
Mientras Luis volteaba hacia donde escuchaba a Héctor. Para ir a ayudarlo Luis de pronto abrió los ojos
Luis pudo contemplar...
A una mujer que se encontraba totalmente desnuda bañada en sangre, mientras colgaba de las manos que estaban atadas con cadenas, los pies eran jalados hacia abajo con unas cadenas más gruesas para que no pudiera moverse. Un hombre de gabardina negra con el rostro desfigurado y unos ojos color rojo penetrante
Luis cerró los ojos…
¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!...
Luis escucho el grito de aquella mujer y abrió de nuevo los ojos pero al abrirlos la mujer ya se encontraba en el piso sentada, gotas de sangre escurrían por su cara y aquel hombre solo daba vueltas a su alrededor cantando
¡Uno!… ¡dos!… ¡tres!… ¡es hora de morir!...
¡Cuatro!... ¡cinco!... ¡seis!… ¡él te quiere a ti!...
¡Ocho!... ¡nueve!... ¡diez!... ¡muere!... ¡muere!...
El hombre daba vueltas alrededor de ella, en la mano derecha portaba un cuchillo y en la mano izquierda un martillo y siga cantando la misma tonada una y otra vez.
¡Uno!… ¡dos!… ¡tres!… ¡es hora de morir!...
¡Cuatro!... ¡cinco!... ¡seis!… ¡él te quiere a ti!...
¡Ocho!... ¡nueve!... ¡diez!... ¡muere!... ¡muere!...
Al terminar de cantar aquel hombre, le enterró a la mujer el cuchillo en la cabeza y el martillo en cada uno de los ojos dejando solo dos huecos profundos y sangrantes
Después...
La mujer se levantó rápidamente y corriendo fue hacia Luis tomándolo de los hombros y gritando
¡Corre!... ¡corre!... ¡él te quiere a ti!...
Luis cerró los ojos enseguida y así logro escuchar a Héctor otra vez Héctor; amigo Luis, ¿estás bien?... ¿Dónde estás?...
Luis; ¿Qué está pasando Héctor?... esto es horrible quiero salir de aquí ya. Héctor; lo se amigó, pero no abras los ojos
Luis; ¿Por qué Héctor?... ¿Qué está pasando?...
Héctor; no lo sé pero ves cosas horribles al abrirlos, yo por eso los tengo cerrados para no ver nada
Luis; si Héctor, ¿pero qué está pasando?...
Héctor; no lo sé Luis, simplemente no abras los ojos
Luis; dime Héctor cuanto tiempo llevamos aquí adentro realmente
Héctor; no lo sé pero ya quiero abrirlos, llevo mucho tiempo con los ojos cerrados y la verdad quisiera abrirlos, pero meda miedo.
Luis; está bien no los voy abrir. ¿Dónde estás?... Héctor; solo sigue mi voz Luis y me encontraras De pronto Luis grito…
Luis; ¡¡Ayuda!!...
Héctor al escuchar a Luis sin querer abrió los ojos, y así pudo contemplar una escena terrible
En medio de aquel sótano, se pudo contemplar debajo de una luz rojiza, a una familia que estaba conformada, por un bebe dos niños, una niña, el papá y la mamá
Todos sentados alrededor de la mesa y en la mesa un banquete digno de un caníbal, en la mesa había una cabeza, tripas, ojos, cerebros, brazos y piernas humanas, en medio de la mesa una jarra y al lado de cada plato de los integrantes de la familia había un vaso con sangre para poder pasarse la comida que disfrutaban comiendo,
¡Todo un buffet para caníbales!...
Héctor trato de cerrar los ojos pero no pudo por más y más intentos no lo logro, trato de salir corriendo pero cedió cuenta que se encontraba encadenado tanto de manos como de pies por más que se jalo no logro hacerlo
Héctor volteo hacia la mesa de nuevo y pudo ver como los dos niños estaban peleando por uno de los ojos que era uno de los últimos, mientras la niña se acercaba a él, a ofrecerle un ojo que ella tenía en su plato Héctor con la boca cerrada solo movió la cabeza señalando que no pero a la niña le enojo tanto que le grito
¡¡Cómetelo!!...
En repetidas ocasiones…
Héctor no hizo nada solo volvió a tratar de cerrar los ojos y al lograrlo Un susurro espeluznante le dijo al oído
¡Aun no!...
Héctor volvió abrir los ojos pero esta vez la luz del sótano era azul Héctor pudo ver a un hombre desnudo de completo, y a una joven mujer que se encontraba con la mitad del torso inclinado hacia enfrente mientras aquel hombre introducía su pene una y otra vez en ella y a la misma vez la apuñalaba en la espalda en repetidas ocasiones
¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!...
Gritaba la mujer una y otra vez mientras era apuñalada y violada al mismo tiempo. Después aquel hombre se acercaba de forma amenazante a Héctor y levanto el cuchillo, pero antes de que el hombre terminara de bajar la mano para apuñalar a Héctor aquella mujer se atravesó y recibió la puñalada por Héctor y le grito
¡¡Corran sálvense los dos!!...
Héctor cerró los ojos de nuevo y logro escuchar a Luis Luis; ¡Héctor grita!... por favor… ¿Dónde estás Héctor?...
Héctor; lo siento amigo es que abrí los ojos sin querer. La verdad acabo de ver algo horrible Luis; no te preocupes amigo saldremos de aquí solo guíame no dejes de gritar ni de hablar Héctor; si amigo
Luis; voy a tratar de llegar hasta donde estas.
Héctor; con cuidado Luis. Recuerda que traes los ojos cerrados y no es fácil caminar así. Luis trataba de encontrar a Héctor entre la oscuridad una voz tenebrosa les dijo
¡¡Nunca saldrán de aquí!!... ¡tendrán que abrir los ojos!... ¡en algún momento!... Héctor; ¡no lo escuches Luis solo hazme caso a mí!...
Luis; es lo que trato de hacer Héctor, pero es imposible Héctor; Luis lograremos salir de aquí no te preocupes
Luis; abramos los ojos al mismo tiempo puede que así logremos ver algo o que no veamos, esas cosas tan espantosas
Héctor; está bien Luis pero por favor no me hagas abrirlos yo solo De pronto los dos empezaron a contar hasta tres
¡¡Uno!!… ¡¡dos!!… ¡¡tres!!…
Y los dos abrieron los ojos solo para darse cuenta de que estaban de frente y la luz del sótano se encontraba encendida
Luis; ¿Qué está sucediendo Héctor?…
Héctor; no lo sé Luis solo sé que es muy extraño mejor ven y ayúdame a levantarme
Luis; si Héctor ya voy para allá, hay que salir de aquí lo más pronto posible, si es que podemos
Los dos se dieron cuenta que tal vez podían ver y se había encendido la luz pero las ventanas habían desaparecido sin razón alguna
Luis; ¿cómo le vamos hacer para salir de aquí?... Héctor; ahí que buscar la puerta Luis
Luis; la puerta y las ventanas desaparecieron aquí no hay nada solo herramientas y mucha sangres que está pasando
Héctor; no lo sé pero esto no me está gustando para nada De pronto las paredes empezaron a sangrar
Luis; ¿Héctor estás viendo?...
Héctor; si, está brotando sangre de las paredes
Luis; ¿pero qué demonios está pasando Héctor?... ¿cómo es que de las paredes puede estar brotando sangre?...
Héctor; no sé pero no creo que sea sangre. Déjame mejor checo que es... Luis; pero cuidado Héctor
Héctor; no te preocupes Luis, “solo voy a ver si es sangre” nada más
Héctor se acercó a las paredes de aquel sótano sin salida y se pudo dar cuenta de que si era sangre lo que brotaba de ellas
Héctor; ¡Luis si es sangre lo que sale de las paredes!... Luis; ¡eso no puede ser cierto!... “sangre”
Héctor; ¡haber ven Luis acércate y toca la “sangre” ya que no me crees! Luis; está bien voy. Pero solo porque quiero velo por mí mismo.
Luis se acercó a tocar la sangre la cual seguía caliente como si estuviera sacien salida del cuerpo
¡Luis quedo paralizado!...
Héctor; ya vez te lo dije es sangre. Bueno hay que buscar la forma de salir de aquí
Luis; pero como Héctor si no hay ninguna salida, ni una puerta y mucho menos ventanas.
¿Cómo le vamos hacer Héctor?...
Héctor; tienes razón, pero debemos de encontrar alguna forma de salir de aquí no quiero estar encerrado para siempre en tú sótano
Luis; bueno pues hay que ver que hay enteres las herramientas de aquí. A ver si hay algo que nos ayude a salir.
Héctor; está bien vamos a buscar
Mientras los dos buscaban en los estantes y en las cajas del sótano el cuarto empezó a tornarse de un color rojizo, las luces empezaron a parpadear y en el sótano el frio se empezó a sentir
Luis; ¡Héctor voy para donde estas!... Héctor; ¡corre Luis!...
Luis llega a donde esta Héctor
Luis; cierra los ojos algo está por pasar
Héctor; ¡lo se Luis!... pero no sería mejor ver que es Luis; he visto demasiado como para ver más
Héctor; ¡bueno ya “cerramos los” pues ya que!...
Mientras ellos tenían los ojos cerrados se escuchaban varios pasos a su alrededor de los dos
¡¡PLAF!!... ¡¡PLAF!!... ¡¡PLAF!!...
Héctor; Luis no te muevas
Luis; ¿Héctor que está pasando?...
Héctor; no lo sé. También tengo los ojos cerrados y no pienso abrirlos para averiguarlo De pronto una voz dijo
¡¡Tendrán que abrir los ojos quieran o no!!... Héctor; ¡¡eso nunca sucederá!!...
Luis; no le contestes Héctor
De pronto una fuerza extraña empezó a jalar a Héctor Luis; ¡¡Ayúdame!!... ¡¡Héctor!!... ¡¡Ayúdame!!...
Gritaba Luis mientras se tomaba del brazo de Héctor para que no se lo llevaran
Héctor; ¡¡Luis abre los ojos!!... Luis; ¡¡no quiero Héctor!!...
Héctor; tenemos que hacerlo Luis no nos queda de otra Luis; está bien Héctor
Héctor; a la de tres
¡¡Uno!!... ¡¡Dos!!... ¡¡Tres!!... ¡¡Ahora!!...
Y los dos abrieron los ojos dándose cuenta que a su alrededor todo seguía como cuando se prendieron las luces de las paredes brotaba sangre y el sótano seguía iluminado por una luz destellante
Luis; ¿Qué demonios está pasando aquí?...
Héctor; esto está muy raro, pero hay que salir de aquí lo más pronto posible
Luis; hay que seguir buscando en las herramientas. A ver si hay algo para salir de aquí.
Luis y Héctor se dispusieron a buscar entre la herramienta algo que los ayudara a salir de ahí Luis; mira Héctor encontré un mazo a ver si esto rompe las paredes
Héctor; yo creo que si Luis, pero con nuestra fuerza tendrá que ser más de un golpe Luis; eso no importa mientras logremos salir de aquí
De pronto frente a los dos se les apareció de nuevo aquella mujer bañada en sangre
¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!...
Gritaba en una y otra vez aquella mujer Luis; ¡¿Qué?!...
Héctor; no lo entiendo…
Mientras aquella mujer no dejaba de gritar los dos estaba paralizados frente a ella sin poder cerrar los ojos
De pronto un hombre de gabardina negra le corto la cabeza degollándola de completo y solo alcanzo a gritar
¡¡Corran!!... ¡¡Corran!!...
Luis y Héctor lograron moverse y corrieron hacia atrás pero cuando ya se sentían cansados se dieron cuenta que estaban en medio de un bosque y detrás de ellos aquel hombre que toda vía seguía corriendo parecía los estaba por alcanzar
Héctor; Luis voltea a ver si sigue detrás de nosotros
Luis; no lo es y no quiero pero escucho como corta la yerba y sus pasos así que creo que si
¡¡CHIS, CHAS!!... ¡¡PLAF!!...
Héctor; ¿Cómo terminamos en un puto bosque?...
Luis; no lo sé y creo que la pregunta más obvia seria ¿Qué mierdas está pasando aquí?...
Héctor; para eso no hay respuesta, solo se, que sea lo que sea nos está protegiendo de ese sujeto
Luis; no lo sé esto ya no me gusta para nada y nada tiene sentido. Solo mírame estoy temblando de miedo.
Héctor; yo también tengo miedo Luis. Oyes mira hay una casita de aquel lado Luis; hay que escondernos ahí
Cuando los dos llegaron al supuesto cuarto se dieron cuenta de… Héctor; no puede ser de nuevo en el sótano
Luis; esto no lo puedo creer, solo salimos de un lugar para llegar a ese mismo lugar Héctor; pues salgamos por donde entramos
Luis; ¿pero si aquí no hay salida?… Héctor; ¿y la puerta por dónde entramos? Luis; no lo sé.
Héctor; no puedo creer que la puerta haiga desaparecido, así como si nada ha de estar de tras de la sangre
Héctor muy nervioso se acercó a la pared, para poder buscar la puerta pero no tuvo suerte alguna.
Luis; ¿y el mazo?, no está donde lo tiramos Héctor; y si buscas donde lo encontraste
De pronto detrás de la pared por donde se supone estaba la puerta por donde entraron se empezaron a escuchar varios golpes
Luis; Héctor escucha
Héctor; alguien está tratando de romper la pared
Luis; debe de ser aquel sujeto que venía detrás de nosotros
Héctor; Luis busca el mazo donde lo habías encontrado anterior mente Luis; está bien hay que tratar de derrumbar la otra pared
Luis empezó a buscar el mazo donde anterior mente lo había encontrado, pero ya no había nada.
Luis; ¡Héctor!... no lo encuentro
Héctor; como eso no puede ser posible Luis, ¿Cómo le vamos hacer?... debemos de salir de aquí antes de que el entre
Luis; si yo creo que, si puede ser posible Héctor Héctor; ¿Por qué lo dices?...
Luis; él tiene el mazo es algo lógico nos sacó de aquí y luego nos regresó para poder incrementar nuestro miedo y poder divertirse más con nosotros
Héctor; ¿y eso que lógica tiene?... Luis; no se es un psicópata
Héctor; pues sea lo que sea tenemos que salir de aquí
Luis; bueno busquemos algo más con que romper la pared si es que queremos salir de aquí.
¡Así que mejor ayúdame Héctor!...
Mientras Luis y Héctor apresurados buscaban una forma de salir, se seguían escuchando aquellos golpeteos en la pared la cual ya estaba empezando a cuartearse
Héctor; Luis no sé qué este pasando pero debemos de salir de aquí Luis; ¡mira Héctor las ventanas!... están ahí de nuevo
Héctor; cierto, pero si regresaron las ventanas eso quiere decir que… Luis; ¡¡quiere decir que también la puerta!!...
Los dos se dieron cuenta que los golpes se dejaron de escuchar pero al voltear hacia donde se escuchaban los golpes, solo se pudo ver un lugar oscuro de completo, aquella oscuridad estaba invadiendo el sótano
Héctor; será mejor salir de aquí Luis Luis; si Héctor, a ver ben te ayudo
Luis empezó a empujar a Héctor hacia arriba, ya Héctor que tenía el pie lastimado era más fácil que el subiera primero y después Luis, así Héctor podría tomar a Luis para subirlo
Cuando Héctor logro salir del sótano se dio cuenta que las ventanas habían desaparecido y que solo estaba su patio y casa de Luis, pero esta vez sin ventanas hacia el sótano
Mientras tanto en el sótano Luis…
Luis; ¡Héctor ¿Qué paso?!... ¿y las ventanas ¡Héctor!?... ¡¡Ayúdame!!...
El sótano quedo oscuro de completo y Luis no lograba ver ni siquiera un poco de luz.
Y de pronto se escuchó una voz muy gruesa y tenebrosa “¡Te dije que serias mío!”...
Mientras Luis temblaba de miedo.
Frente a él se iluminaba muy a lo lejos una figura
Luis empezaba a ver a un hombre de gabardina negra, ojos color rojo como dos focos en sus corneas y un rostro desfigurado totalmente
“¡Te dije que serias mío!”…
Le repitió una vez más aquel sujeto
Luis; ¡déjame en paz!... ¡por favor!... ¿Qué quieres?
¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!...
Gritaba una mujer que se apareció frente a Luis
Mientras aquel hombre la apuñalaba una y otra vez solo repitiendo
¡Ya no lo puedes proteger!...
Mientras Luis caía desvaneciéndose entre la oscuridad y un pequeño destello de luz que logro ver antes de caer al suelo.
Entre el desmayo de Luis y la confusión de aquel día, Luis despertó cuando apenas tenía ocho años de edad
Luis se encontraba en su cama recién estaba amaneciendo
Luis; me duele la cabeza ¿Dónde estoy?, pero si esta es mi habitación de cuando tenía ocho años, ¿Qué hago aquí?...
Luis se levantó apresurado y salió corriendo de su habitación hacia la de cristina Luis; ¡¡MAMÁ!!... ¡¡MAMÁ!!... ¿Dónde estás?...
Luis grito con todas sus fuerzas y empezó a buscar en el cuarto a Cristina.
Después de haber buscado en la habitación de cristina, Luis bajo hacia la sala y escucho a su mamá gritar
Cristina; ¡¡Déjame!!... ¡¡ya!!... ¡por favor!... ¡ya!... Pero Cristina discutía con Alberto, el papá de Luis. Alberto; ¡¡Cállate!!... ¡¡Maldita!!...¡perra!...
Cristina; ¡¡Déjame!!.... ¡por favor!... ¡ya no!...
Alberto; ¡¡Cállate!!... ¡esto te mereces!... por tener a un maldito bastardo como hijo Cristina; ¡¡Alberto!!... ¡¡Luis!!... también es tu hijo
Alberto; ¡¡mío!!... ¡por favor mujer!... ¡te dije que lo abortara!... ¡yo quiero una niña!... ¡no ha ese maldito niño bastardo!...
Cristina; ¡¡Alberto!!... ¡yo no pensaba hacer eso solo porque tú me lo pidieras!... Luis es mi hijo y lo empezó hacer desde que estaba en mi vientre
Luis escuchaba con atención a su mamá y papá discutir en el sótano
Luis bajo lentamente para ver que estaba pasando y vio como Alberto torturaba a Cristina sin compasión alguna
Alberto tenía a Cristina totalmente desnuda y colgada con cadenas en pies y manos, mientras Cristina pedía que la dejara y que no la lastimada más. Alberto con un látigo la golpeaba en el rostro mientras le gritaba y repetía
Alberto; ¡esto es por tener un maldito bastardo!... ¡yo quería una niña!... ¡¡PERRA!!...
¡¡PERRA!!... ¡¡MALDITA!!... ¡¡PERRA!!...
Después Alberto la dejo de golpear, solo para tomar una navaja y empezar hacerle pequeñas cortadas en todo el cuerpo.
Luis contemplaba como su Alberto la torturaba lentamente y como Cristina sufría y gritaba de dolor. Luis quedo totalmente paralizado.
Alberto se dio cuenta como Luis lo veía y decidió desatar a cristina, la cual callo enseguida al suelo sin fuerza alguna para ponerse de pie por sí sola, Alberto la tomo del piso y la volteo hacia Luis, mientras Alberto se desvestía para penetrar a Cristina por el ano y seguir golpeándola con el látigo por la espalda. Luis contemplaba como violaban a su mamá mientras era torturada por propio padre
Alberto; ¿Qué vez?... ¡pequeño bastardo!... ¡eres un maldito degenerado!... ¡ja jajá!... Luis no contesto nada estaba paralizado de completo y simplemente empezó a llorar Alberto; ¡¡Cállate!!... ¡depravado de mierda!... ¡¡bastardo!!... ¡¡ja jajá!!...
Cristina; ¡¡Déjalo!!... ¡por favor!... con él no te metas.
Alberto; ¡Dejarlo!... ¡¡ja jajá!!... si debería de matar a este maldito ¡Bastardo!...
Alberto se acercó a Luis con un cuchillo que llevaba en la mano derecha la cual estaba elevada apuntando al pecho de Luis para apuñalarlo.
Pero poco antes de que aquel cuchillo llegara a Luis cristina se cruzó recibiendo aquella puñalada por él y desangrándose frente a Luis logro gritar.
Cristina; ¡¡Corre!!... ¡¡Luis!!... sálvate… Luis; ¡¡mami!!...
Alberto; ¡¡Cristina!!... mi amor
Alberto; ¡Todo esto es tu culpa maldito bastardo!..., ¡por tu culpa murió el amor de mi vida Cristina!
Luis; ¡¡no!!... ¡yo no hice nada!...
Alberto; ¡tú eres el único culpable bastardo!... ¡siempre supe que tu tenías que haber sido un error!...
Luis; ¡yo no la mate!... ¡tú eres el asesino!...
Alberto; si, pero el que tenía que estar muerto en ese momento eres ¡tú!... Luis; ¡no tenías que haberle hecho daño a mi mami!... ¡ni a mí!...
Alberto; ¡¡Maldito!!... ¡bastardo eres un asesino!... De pronto Luis empezó a caer desmayado y gritando. Luis; ¡no!... ¡no!...
Al desvanecerse Luis solo escuchaba a Alberto gritar… Alberto; ¡¡Asesino!!... ¡¡Alberto!!...
Minutos después…
Héctor logro ver como se formaban de nuevo las ventanas del sótano bajo la casa de Luis. Héctor; ¡Luis!... dame la mano.
Luis; ¡¿Héctor eres tú?!...
Héctor; si, Luis dame la mano es hora de regresar a la habitación Luis; está bien Héctor ahí que regresar a la habitación.
Luis tomo la mano de Héctor y por fin logro salir del sótano que lo hizo ver sus peores pesadillas.
Luis y Héctor regresaron a la habitación se recostaron en la cama y volvieron a escuchar
¡¡Auxilio!!... ¡¡Auxilio!!...
Luis; Héctor ay que cerrar la venta
Héctor; no Luis, tengo ganas de volver ahí abajo y además hay que ir a la escuela. Luis; ¡Héctor!... ¿ya viste el reloj?...
Héctor; no Luis, ¿Por qué?... ¿Qué pasa?...
Luis; no han pasado ni diez minutos desde que bajamos al sótano
Héctor; eso no puede ser posible. Bueno ay que dormir un rato para no ir desvelados a la escuela, entra a la casa de acampar Luis
Luis; si Héctor
Al día siguiente…
María gritaba desde la parte de afuera de la puerta de la habitación de Héctor. María; buenos días niños ¡ya despierten!... ¡¡Vengan a desayunar!!...
Luis; buenos días señora María ¡ya vamos!... Héctor; si mamá, ¡ahorita bajamos a desayunar!... María; está bien los espero en el comedor
María bajo a preparar el desayuno.
Luis y Héctor se estaban alistando para ir a la escuela Luis; estuvo horrible lo de anoche ¿no crees Héctor?
...
Héctor; si, Luis la verdad siento que esto ni es la realidad
Luis; pues yo también pero confió en que esta si sea nuestra realidad Héctor; si pero mejor bajemos ya, platicamos camino a la escuela Luis y Héctor bajaron a desayunar.