Pasar la mayor parte de mi tiempo en casa de Helena, en la universidad o entre las cuatro paredes de mi habitación se había transformado en una costumbre, eso si no estaba con Aiden, ansiaba salir de vacaciones, sería alentador, bastante, diría yo.
Mi vista se perdía en los grandes edificios que iban quedando atrás con el avanzar del auto de Aiden, yo me consideraba una chica de ciudad aunque me encantaba demasiado el campo y toda la naturaleza, desde muy chica disfrutaba los viajes largos cuando íbamos a visitar a la abuela.
—¿A qué hora vas a recogerme? —desvié la vista de la calle para fijarla en la carita preciosa de aquel chico.
—¿Tienes algún plan luego de tus clases? —Se estaba acostumbrando a responder mis preguntas con otras preguntas.
—¿Quieres tener un plan conmigo? —así qu
