La gente que lidera

1568 Palabras
Álvaro me dejó preocupada. Sé que ha hecho todo el trabajo. No es la primera vez que está en México por negocios, pero es sospechoso que me traten más de mí que de él. A ratos no sé qué tan bueno sea darnos una oportunidad. Marco me pregunta si siempre soy así de callada y niego con la cabeza. —He visto a un amigo y he quedado preocupada. —¿Amigo? —comenta Pablo divertido y toma el celular de su hermano. —¿Cuántas veces en una hora te llama Xochil? —pregunta cansado. —Dependiendo de cuántos desacuerdos tenga con la planeadora de bodas. —¿Cuándo es la boda? —En unas semanas, pero es... una locura. —Hola, Xoch, Pablo. —Hola, ¿está Marco por ahí? —Mira, mi hermano ha tenido un día horrible y regularmente le daría una palmadita en el hombro y le sugeriría reconfortarse entre las piernas de una stripper, pero me caes bien, así que te voy a decir dónde está con una única condición. —¿Cuál, Pablo? —Tu cuñado. —Sé quién eres y con quién hablaré de ti. Cuál es la condición para decirme en dónde estás con tu hermano recomendándole que se meta entre las piernas de una stripper. —¿Hola? —¿Estás bien? —Sí, no le hagas caso, estamos comiendo con Mina, pero sí he tenido un día pesado, así que estoy pensando en volarle desde la ciudad aquí. —La única condición es que vengas en modo stripper y no estés hablando de bodas. Hay unos hombres que fingen mejor interés y creo que Marco ha pasado demasiado tiempo practicando con mi madre, pero la boda es estresante, para ti y para él. Si vienes y no te estresas ni estresas a mi hermanito, te pagaré todo un día de spa, lo que quieras. —Gracias. —Responde. —Planear una boda no es fácil para mí tampoco, para tu información estudio y trabajo, cabrón. —Claro. —Veré si tengo tiempo y ganas —responde y yo intento no reírme, porque cualquier mujer enamorada con tantas insinuaciones de infidelidad o con un cuñado como Pablo toma un avión, un bus o un burro, lo que haga falta, pero estará aquí arrasando con la stripper y con Pablo. Yo aprovecho el precioso atardecer y trato de despreocuparme a través del baile. Ellos me miran antes de ponerse en pie y seguirme la corriente. Yo siempre he entendido a los terroristas y a los dictadores, porque me crié en un lugar en el que nadie tenía idea de qué iba a pasar el día siguiente o el próximo mes, pero sí sabían que yo estaría en algún tipo de problema en masa, tales como; venta ilegal de pulseras a cambio de tomates en el almuerzo, fiesta de baile, pijamadas de cumpleaños, intercambio de juguetes, billetes extra en el Monopolio. Sé que esto suena fácil, pero nadie se levanta una mañana decidiendo tener el deber de mover un país, menos un restaurante al ritmo de la música salsa. Para cuando Xóchil llega, estos dos están algo pasados de cerveza, pero felices, recordando a su hermano. La joven me da un beso en la mejilla y me pregunta en tono delicado cerca de mi oído qué ha pasado. —Discutieron con su padre, con respecto a su hermano. —Es... terrible. —Lo sé. —Nos conocimos ese mismo año —comenta la joven. —Marco... lo perdió todo. Sus dos hermanos, sus amigos, eran muy unidos y Pablo evidentemente regresó, pero estaba muy dolido y no podía ver más allá de su propio sufrimiento, así que me convirtió en su mundo, su mejor amiga, su novia, su familia completa y ahora... parece estar recuperándose de a poco y yo voy perdiendo puestos. —Yo creo que tienes el lugar más importante. —respondo. —Eres su mujer, serás la mamá de sus hijos y ellos crecerán también y se irán. Pablo se casará con alguien y la hará miserable la mitad de la semana y nosotras rezaremos por ella... bueno, morirán, pero siempre sabrás que se han elegido el uno al otro. Nadie los obligó a estar juntos. Se encontraron y vivieron felices para siempre. ¿Sabes cuántos vamos en busca de eso? —Marco se queda viendo en nuestra dirección, intentando descifrar si es o no. Ella sonríe y él se acerca con paso seguro y la abraza. Ella le devuelve el abrazo de inmediato y le susurra algo al oído. La joven me sonríe y Pablo se acerca para dar la bienvenida a su cuñada. —¿Vine hasta aquí y están pedo? —No... solo cuatro cervezas y hermanos bailando tanto que se nos ha bajado ya. —Bueno, yo invité a la primera y más importante ronda. —¿Cuál es esa? —pregunta su cuñado. —La de tequila. La joven ordena una bandeja con nueve chupitos y creo que esa debió haber sido mi señal para abandonar la misión, sin embargo, había un karaoke abierto y las cosas que la gente canta en nombre del despecho y el alcohol son fascinantes. Marco debió dedicarse a la comedia, porque se echa unos chistes buenísimos ante la presencia de los despechados. Todos en nuestra mesa reímos y coreamos las canciones. Continuamos bailando y cantando así toda la noche. A las cuatro de la mañana, cuando apagan todo, estamos listos para ir a la cama. Yo le ayudo a Pablo a no caerse y Marco lleva a su novia, muy pasada de copas, de la cintura para evitar que termine arrastrándose hasta la habitación. —¿No te molesta que bebamos? —pregunta Marco. —Soy divertida incluso sin alcohol —Marco se ríe y Pablo me mira divertido, toma mi mano y me jala fuera del elevador justo cuando su cuñada vomita. Los cuatro compartimos miradas, y Pablo es el primero en reírse. —¿Necesitas algo de beber? —le pregunta. —Lo que necesita es una ducha. —Voy a traernos algo de comer de abajo, después dormimos hasta medio día —propongo. —Y tú, Xóchil, necesitas hidratación, es que has estad muy pegadita al tequila. —Pablo toca el botón para llamar el otro elevador. Pedimos en recepción que nos ayuden con la limpieza del elevador. Un servicio al cuarto con extra de café, bebidas ricas en electrolitos, aspirinas, huevos picantes y repostería dulce. Cuando subimos, Pablo me da las gracias esta vez, porque su hermano parecía contento y sobre todo por la diversión extra que habíamos pasado todos juntos. Él toma su propio rincón del elevador y yo el mío. Nos miramos a los ojos y se puede sentir la tensión, pero lo único en lo que puedo pensar es en que estaré ahí el lunes, pensando en Pablo desnudo mientras coquetea con otras mujeres y muy cerca de perder el trabajo ¿debido a qué? ¿A un polvo? Salgo del elevador en cuanto las puertas se abren, pero mi tacón parece haber cedido después de tanto baile y me tropiezo. Pablo me toma de la cintura y pregunta si estoy bien de inmediato. Me apoyo en su cuerpo y él sonríe divertido. —Ahh, pero ella no solo bailó, sino que giró, saltó salvajemente en tacones y pretende no sé, dormir con ellos. —Bueno, son bien caros, así que dormiré abrazada a ellos. Pablo se inclina y me ayuda a soltar las tiras de mis zapatos, me los entrega y sonrío, le tomo del brazo y pregunto: —¿Necesito ordenar otra habitación? —Mina, sé leer bien cuando una mujer no está interesada en mí. Sobre todo, no me gusta forzar las cosas. Te defendí porque eres la mente detrás de este proyecto. Mi papá hizo una inversión económica, al igual que sus amigos, pero tú has puesto trabajo y dedicación, incluso me has aguantado los malos humores y la mala cara, con tal de que salga a flote. Eres una buena persona y muy trabajadora. Admiro eso. —Gracias. —Ahora, estoy cansado y me dormiría aquí en el pasillo —dice y apoya su frente contra mi hombro. —Pero me encantaría dormir en esa cama king, dentro del aire acondicionado. —Dicen que las cárceles de México son horribles, si me tocas un dedo, irás ahí a vivir para siempre. Pablo me rodea con su brazo y me lleva al interior de la habitación. Me deja ingresar primero y entra un par de segundos más tarde, seguido por el desayuno. Yo voy a tomar una ducha, me pongo un pijama largo cuando salgo de la ducha y voy por un pancito dulce, mi café y me acuesto en la cama. Conecto mi celular al cargador y escribo un mensaje a Álvaro. Mina, Gracias por "salvarme" de mí misma ayer. Tras ese mensaje, escribo: ¿Por qué estabas tan distante? ¿Pasó algo o hice algo? Pablo ingresa en la habitación con su taza de café en la mano y cubierto por la bata de baño, me muestra sus bóxer y se devuelve para cerrar la puerta.. —Creo que mi cuñada va a morir antes de casarte. —Trágico, apuesto a que será tu culpa. —Lo será, sabía que la tenía en el tercer shot, pero, es muy competitiva. —Demasiado competitiva.
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