- ¡CASS! – gritó mi hermana desde el primer piso. Di un pequeño salto en mi lugar frente al lavabo y escupí la pasta de dientes. - ¡¿Qué?! – respondí de mal humor. Escuché cómo corría escaleras arriba y tocaba con cierto frenesí la puerta del baño. Rodé los ojos y me limpié la boca antes de abrir. Candace parecía especialmente emocionada cuando me entregó un sobre de papel. - Carta – sonrió. – De la UPENN. Me quedé helada. Había estado esperando que alguna de las universidades que me dejaron en lista de espera me contactara, pero la Universidad de Pensilvania era la última en la que podía pensar, puesto que era una muy buena universidad y no me sentía totalmente digna de ella. - Creí que era para mí. Siempre me mandan boletines,

