Mi visión se estrechaba mientras el ataque de ansiedad amenazaba con dominarme.
―No vamos a dejarla, Nana―, dijeron los gemelos mientras luchaba por mantenerme consciente.
―Ella es mi hermana. Yo tampoco me voy a ir―, Denny intentó tocarme, pero Doris lo apartó de un manotazo.
―¡No toques! Si insistes en estar aquí, debes escuchar―, el tono dulce en la voz de Doris había desaparecido.
―Deja de luchar contra las sombras, niña. Las sombras te llevarán a lo que la diosa de la luna necesita que veas―. Intenté decirle que solo era un ataque de ansiedad y que sucede todo el tiempo, pero lo único que pude articular fueron dos palabras. Ataque de ansiedad.
―No, niña. La diosa te está llamando. Quiere mostrarte algo. Déjala. Relájate en las sombras que estrechan tu visión. Te guiarán y te mant
