Pasé el día sumida en mis propias emociones. He estado enrollada en esta cama tanto tiempo que no he comido nada hoy, y todo en lo que puedo pensar son en las galletas rellenas de cheesecake de fresa de mi mamá. Casi es la una de la mañana. Denny me envió un mensaje hace horas diciendo que tardaría un poco en llegar a casa, así que no pude hacer otra cosa más que pensar en todo. Mi mente giraba en torno a los gemelos, este lugar, mi lobo, mis padres... esas malditas galletas. Mi estómago gruñó al pensar en su relleno cremoso de queso.
Gruñí, desenrollándome como un burrito y caminando pesadamente hacia el ascensor, bajando las escaleras y entrando en la cocina. Revolví la nevera, saqué el queso crema y preparé los centros para que se congelen mientras buscaba los ingredientes secos. Saqué
