Comprendí entonces que no tenía buena intenciones y debía actuar con orgullo -Lo que ocurre en vida es cosa mía, ¿no tienes trabajo que hacer? –respondí intentando parecer amable -Lo siento señora, ahora mismo regreso a mi puesto –dijo molesta y se pavoneó hasta la salida de la oficina -Señora, su esposo desea disculparse, pero esta noche no podrá acompañarla –dijo un mesero bien arreglado -De acuerdo, de igual manera comeré algo –tomé el menú, los precios eran muy altos, no podía pagarme una cena como esa –recordé que… -¿Qué haces aquí? –preguntó mi ex esposo muy animado -Esperaba a alguien –dije nerviosa –pero no vendrá así que no tiene caso que este aquí -¡Quédate a cenar conmigo! -¿En este lugar? –pregunté sorprendida y le mostré la carta -Sí, podemos darnos ese gusto –dijo so

