Las fotografías parecían muy reales, era él y esa mujer, la conocía, la había visto antes, pero ¿dónde? No podía recordarlo. Pero algo me pareció muy extraño ¿Cómo había podido tomar fotos de mi hija en la escuela? Era un lugar seguro y ni siquiera yo podía entrar sin una cita previa con la mayor autoridad de la escuela. Entre las personas jóvenes de las fotografías sólo la reconocía a mi ella, los demás parecían ser sus amigos, pues su sonrisa me anunciaba que le agradaba estar ahí. ¿Cómo no conocía a los amigos de mi hija? ¿Eso me hacía una mala madre? No me preocuparon las fotografías, si bien mostraban a mi esposo con otra mujer, no había señales de indecencia, y ni siquiera parecía una cita. Hasta que vi la última foto, mi esposo sonreía con familiaridad con aquella mujer y uno de l

