CAPITULO 6

1433 Palabras
Aiden Casi me da un infarto cuando me presentaron a Beca, pero ella salvo la situación, y aunque ahora se burla de mi porque conoce a Aike, la verdad no me molesta. Sé que no dirá nada, será nuestro pequeño chiste privado. En cambio, su hermana Miriam, no deja de acercarse a mí, es guapa, no tanto como su hermana, pero tiene lo suyo, podría ser divertido estar con ella, aunque creo que es menor de edad también, y de ir a la cárcel por Miriam a hacerlo por Aike, lo haría con gusto por Aike No te acercaras a ella, me debo repetir una y otra vez. Y no estoy tan ebrio como para pasarlo por alto que Andrew su guardaespaldas ha estado bebiendo y ni se diga del pendejo de su novio, no sé qué hace con él, es un chico bien, pero venga es un chico, que solo se meterá en sus piernas y la dejara, y me está dando la razón cuando los volteo a ver, el no deja de restregarle el m*****o en su trasero, lo que si veo es que ella esta incomoda con eso. Yo sigo con lo mío. Miriam no deja de tocarme el pecho y el abdomen, sé que esta algo tomada ya, porque ríe de forma tan boba, como hacen las chicas de 17 años. Veo a lo lejos como Aike comienza a ponerse roja y a fruncir el ceño. —Disculpa Miri, debo… —Comienzo a decir, pero ella se va corriendo, probablemente a vomitar, me acerco a su hermana —Beca tu hermana está un poco mal—Le digo al oído y ella sonríe, pero busca a su hermana y la ve vomitando tras de un auto —Gracias, yo la cuido—Dice riendo cuando ve que voy a donde esta Aike. Cuando logro llevarla lejos de ese idiota, ella se suelta de mi agarre molesta, y yo sonrío, tomo su cintura y la atraigo a mi —¿Qué crees que estás haciendo? —Cuidándote de tu muy inútil novio—Le digo y ella me observa con los ojos entre cerrados, pero al final pone sus brazos en mi cuello. —Enserio Aike, ¿Qué haces con él? —Eso no te importa —Tú me importas renacuajo —No me llames así—Dice molesta y pellizca mi cuello, yo me quejo, pero la atraigo más a mi gracias a su acción. —Antes te gustaba —Antes me gustabas—Dice con mucha irritación, y el que lo diga por primera vez en voz alta para mí, hace que un hormigueo recorra mi cuerpo. —Ya… —Además no mientas, no te importo—Me dice, y no puedo dejar de ver sus pequeñas pecas—Deja de actuar como si fuéramos algo, no lo somos, no tienes por qué cuidarme, ni estar atento a mí, no finjas mas Recorro su cintura con mis manos atrayéndola a mí, ella se deja hacer, y me encanta, me encanta que no ponga resistencia, acerco mi boca a su oído —Renacuajo, no finjo, si me importas, más de lo que te puedes imaginar—Se separa un poco para verme a los ojos y saber si le miento o no, pero la vuelvo a atraer para susurrarle muy bajo— Te quiero Su cara de sorpresa me hace sonreír, la dejé sin palabras y aunque quiero decirle lo que realmente paso hace 3 años, quiero recuperar a mi amiga, a esa chica que confiaba en mí. —Aiden…—Dice ella suspirando, su aliento me golpea —Aike, no me mal entiendas, te quiero si, como a una hermana. Crecimos juntos nena. —Ya, pues yo no te quiero cerca Aiden. —Creo que debemos irnos, el señor Evan, no se encuentra bien Yo doy un paso atrás, mientras Andrew me fulmina con la mirada, no sé porque, considerando que es él quien debió cuidarla del imbécil ese. —Buenas noches Andrew—Le digo lo más educado que puedo, el solo inclina levemente la cabeza en contestación. Al final se van. Y yo regreso a tratar de conseguir una chica, pero casi todas están bastante ebrias, y mejor desisto. —¿Todo bien hermano? —Me pregunta Neo, cuando me uno a ellos en la pequeña fogata que hicieron. —Si, todo bien—Le contesto, hablamos un poco más, y se nos une Beca y su hermana que parece estar mejor. —¿Ya se fue tu amor? —Me susurra Beca y yo sonrío —No lo es —Creo que lo es, pero no te preocupes, no diré nada. —Vaya vaya, parece que ya termino la fiesta—Samael se acerca a la fogata, puedo ver un moretón enorme que trae en el ojo y otro en la mandíbula. —¿Qué haces aquí? —Pregunta Sasha, al parecer la reputación precede a Samael —Nada, solo vine a hablar con mi amigo, Aiden—Dice y me hace una señal para movernos —¿Qué quieres Samael? —Le digo con voz aburrida. —Regresarte el favor—Dice y me suelta un golpe en la cara, me hace retroceder, y yo le devuelvo el gesto, nos volvemos a enfrascar en una pelea, donde también entran más personas. Mientras sigo propinándole una paliza a ese idiota, llega la policía y muchos huyen, pero estoy tan entretenido golpeándolo con todo lo que tengo. Una hora más tarde, estoy detenido y me interrogan por posesión ya que el imbécil de Samael, traía pastillas para vender, y están deliberando si es mía o de él. —Tu amigo dice que es tuya, que tú eres su jefe y lo obligas a vender Yo me río de semejante idiotez —¿Cree que, si fuera mi amigo, nos habría tenido que separar? —El policía no dice nada más—Quiero mi llamada Me otorgan la llamada, y le hablo a alguien que muy probablemente me mate por hacer esto. Por meterme en estos problemas. —Bueno—Se escucha al otro lado —Señor Ly, necesito su ayuda. Unas horas después voy de regreso a la casa con el señor Ly. —Teníamos un trato Aiden —Lo sé —¿Y luego? ¿Por qué siempre es Samael? —Yo no lo inicie señor. —Lo sé, pero lo mejor es que te mantengas alejado de él, que bueno, estará encerrado unos meses por lo de la posesión. —Gracias. —Es todo lo que le puedo decir. —¿Qué paso contigo Aiden? Solías ser un chico tranquilo Solo observo la ventana, pensando en que fue lo que sucedió, de verdad era un buen chico, de verdad que sí. Cuando iba al colegio, llevaba puras buenas calificaciones, practicaba deportes normales, no me metía en peleas, ¿Cuándo cambio todo eso? Lo primero que aparece en mi cabeza es Aike, si no me hubiera fijado en ella, si no se hubiera desarrollado, yo no habría empezado a mirarla con deseo, cuando el señor Ly empezó a pagar mis estudios en el liceo franco-alemán, entendí que Aike era inalcanzable, que ella siempre estaría en otra liga, y estaba bien con eso, podía pasar la vida solo viéndola, admirando como crecía a lo lejos, como su amigo, hasta que llego esa carta, esa maldita carta, esa que provocó que Samael y yo peleáramos siempre, esa que hizo que quisiera besarla cada maldito segundo, y esa que nos rompió el corazón a ambos. Pero claro todo esto no puedo decírselo a su padre, al hombre que logró hacer que siguiera por buen camino, que le dio los papeles de nacionalidad a la abuela, quien nunca escatimo en que tuviera buena educación, me dio mucho apoyo, e incluso me pago el mismo club deportivo que a su hija. ¿Y yo que voy a hacer? A fijarme en su hija, soy un verdadero imbécil. —¿Qué piensas Aiden? —Me dice serio, cuando entramos en el estacionamiento de la casa. —Que no quiero seguir siendo este chico—Le digo sincero, porque de verdad no quiero seguir defraudando a todos. Sé de antemano que no dejare las carreras, pero puedo evitar pelear, y por supuesto que puedo evitar a Aike, es solo una chica, y de esas hay muchas. —Pues aún estas a tiempo de cambiar tu vida Aiden, y me daría mucho gusto que lo hicieras. —Si señor Es toda mi respuesta, se despide de mí y voy directo a la cama.
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