La hice cambiar de posiciones, ahora ella estaba recostada y me miraba expectante, esperando con ansias mi actuar. No la hice esperar y ataque sus labios, los cuales estaban ahora con el doble de grosor y un intenso color rojo. Abrió sus piernas permitiendo que pudiera acomodarme entre ellas, con una de sus manos despeinaba mi cabello mientras que con la otra acariciaba mi mejilla, bajaba por mi cuello y volvía a subir a mi mejilla. Baje con mis besos por su barbilla, recorriendo su mejilla llegando a su oído -Jo - le susurre mientras jugaba con el lóbulo de su oreja -Jo no podemos hacer esto...- le susurre nuevamente y le di una suave mordida -Shh...- me callo sin siquiera abrir los ojos -Tu sigue... sí podemos- me tomo de la barbilla para que retomara el camino a su boca. Decidí hace

