El tiempo había pasado más rápido de lo que me hubiera gustado. Apenas una semana, y ya hoy comenzaban las clases en la universidad. Había estado esperando este momento con una mezcla de emociones, entre la nostalgia por lo que había pasado y la excitación por lo que vendría. Sabía que todo sería diferente este semestre, pero también estaba lista para enfrentar nuevos retos. Suspiré profundamente, dejando que el aire llenara mis pulmones antes de soltarlo lentamente. Me paré frente al espejo, observándome un instante. Me ajusté la camiseta, sentí el peso de mi bolso al colgarlo de mi hombro, y luego me dispuse a atarme el cabello en una coleta alta, dejando mi tatuaje a la vista. Ya no me preocupaba que lo viesen, era parte de mí ahora. Además, sentía que era un pequeño recordatorio de la

