ZAYN Bloqueé la pantalla del teléfono y lo dejé boca abajo sobre la barra, como si así pudiera silenciar lo que acababa de leer. No funcionó. La palabra seguía quemándome en la cabeza: Suiza. Apoyé las manos sobre la madera y cerré los ojos. Me obligué a imaginarlo, como si estuviera ya ahí. Yo, caminando por calles impecables, con montañas nevadas al fondo y un aire tan frío que se siente limpio. Amaneciendo en un departamento pequeño, con ventanas enormes y luz blanca entrando a raudales. Bajando a la esquina por café antes de ir a clases, escuchando un idioma que todavía no entiendo pero que empieza a quedarse en mi cabeza. Podría salir a correr junto al lago de Zúrich, ver trenes atravesando los Alpes, comer en mercados donde no conozco a nadie. Nadie sabría quién soy. Nadie tendr

