Respuestas Nulas

3952 Palabras
Tomé las llaves del auto y maneje hasta el trabajo; no sin antes comprar las cosas necesarias para desayunar. Mentiría en decir que el día había comenzado normal, tal vez las casas, negocios y movimientos de las demás personas que me encontraba camino al trabajo mantenían su ritmo y sí también yo en ese sentido de conducir por la misma ruta, pero por otra parte seguía algo resentida por lo de la mañana. Probablemente yo empeore las cosas, creo que lo mejor que pude hacer era despertarla o no sé, a veces puedes sentir ese "miedo" de no querer seguir a mi sub consiente y mejor dejar las cosas como están y en este caso preferí dejarle dormir. Por otro lado tenía que olvidar eso, pequeñeces así no tenían que cambiar mi día y probablemente para más tarde lo había olvidado. Tenía que concentrarme en el trabajo y más ahora que tenía un plan de trabajos sumamente saturado y que seguramente me traería buenos ingresos. Llegue hasta mi destino, dejando mi carro en el estacionamiento me dedique a caminar hasta mi oficina, donde no podía faltar el saludo de aquellas personas con las que ahora comparto parte de mi tiempo. Sigo siendo "anti social" por lo que no esperen que me lleve tan bien con las personas de aquí, algunas solo les hablo por intereses laborales y listo, nada más. Las únicas personas que resaltan en este lugar son dos; un chico y una chica. Ileana, encargada del departamento producción; sé que eso no es importante pero probablemente tengan que saberlo. Es una chica de complexión delgada, piel blanca, cabello pintado en un tono morado y alborotado, sinceramente hermoso. Su ojos son color gris, a veces suelen notarse verde seco. Tiene buen cuerpo; pero por la ropa que suele utilizar no se alcanza a apreciar todo aquello que posee. Y bueno, es con la que siempre debe de existir una discusión a muerte por parte de algún proyecto deseado que no alcance sus expectativas. Y si se lo preguntan siempre viene vestida como a ella le gusta; todo a la moda, claro que sin quitar ese toque elegante que el estudio requiere. Es una de las primeras personas que me encuentro antes de llegar a la oficina y que siempre me recuerda -"Alexia... tienes 23 días para terminar con tu proyecto" - Y así sucesivamente hasta que la cuenta regresiva llega a cero. Tal vez si no fuera por tanta presión mis proyectos serían... francamente, un asco. — ¿¡Hola!? — Caminaba entre ese pasillo con tanta tranquilidad que había olvidado registrar mi hora de entrada. — ¡Alexia! — El saludo se escuchó fuerte, permitiéndome dar vuelta enseguida. — ¿Pasa algo? — Conteste arreglando las cosas que llevaba sobre mis manos las cuales estaban a punto de caer. — Tienes menos de medio minuto para registrarte y no perder por lo menos... que serán 1dlr. Ya sabes, luego no quiero ver gente quejándose del porque le descontaron — Exclamó la peli morada. — No hay que ser tan dramáticas — Murmure mientras colocaba las cosas sobre una mesa y comenzaba a registrarme — Pero ya... ¿Satisfecha? — Pregunte. — ¡wow! Veamos que has traído para comer... — Aquella espontaneidad y ese cambio de ánimos eran tan graciosos que a veces me daban ganas de seguirle el juego, pero en otras era mejor molestarla con un poco de sarcasmos. — ¿Quieres saber la verdad?... en lo más mínimo, ni siquiera has sido capaz de satisfacerme con la comida, como te atreves... — Bufó acomodando su cabello. — Oh, lo siento... a la otra debes de deslumbrarme con algunos de tus alimentos, claro si es que llegas a traer algún día y así dejas de robarte el mío a escondidas. — Entrecerré la mirada y sonreí. — Pero bueno, no le demos tanta prioridad a esto y mejor vamos a la sala de juntas, ahí sí que tengo que complacerte — Tomé mi comida. — ¡WOW, WOW, WOW... ESO ES CIERTO! Y tú haciéndome perder el tiempo, pero no te vas a salvar... vas a ver... — Diciendo esto caminamos juntas hasta nuestro destino. Cuando llegamos no había más que tres personas y entre ellos se encontraba Frank, la segunda persona con la que Ileana y yo convivimos. Él es un chico muy apuesto, creo que con él que "toda" o alguna chica querría pasar el resto de su vida. Muy caballeroso, gentil y atractivo. Altura considerable, en el metro ochenta y cinco, piel apiñonada, ojos color azul, cabello lacio y corto que hacia juego con su barba. En pocas palabras, atractivo. Pero bueno, esa es la primera impresión que puedes tener de él, ya que en estos años conocí parte de su vida y sinceramente es todo un casa fortunas y chicas lindas; suelo tener envidia, algunas veces claro. Mi relación laboral es muy relajada, por lo regular solo nos vivimos peleando por los diseño y colores, él está en el mismo departamento que yo; que es diseño gráfico. Pero por desgracia los regaños y comentarios negativos de los trabajos recaen siempre en mí o será a causa de que soy la única que tolera, hasta ahora, los regaños de Ileana. — ¡Buenos días chicas! — Exclamó Frank mientras nos saludaba de beso. — Por poco y las doy por perdidas, pero como ven, no son las únicas que llegan tarde. — Nos tomó de la cintura mientras nos conducía a nuestros respectivos asientos. — Ahora, ¿Pueden decirme a que se debe tal reunión? — Preguntó mientras se sentaba frente a nuestros lugares. — Una junta que es propuesta en una noche, no esperes nada bueno — Suspiro Ileana recostándose sobre su asiento. — Créeme que nada puede ser peor... — Murmure. — ¿Problemas? — Los dos preguntaron de inmediato. Cabe mencionar que mi actitud positiva y emotiva resalta mucho en la compañía, aunque no me lleve con todos, pero por lo visto conocen cuando algo anda mal. — No, solo un cambio fuera de la monotonía, ya saben — Sonreí. Quería ahorrarme una plática emotiva y en medio de las personas que ya habían llegado. Al poco tiempo se reunieron todos y cada uno de los departamentos. — Por lo visto va a ser algo tardado o urgente — Pensé, luego de recordar que hoy iniciaría con mi nuevo proyecto y perder tiempo en estas cosas no eran de mi agrado. El gerente se dedicó a lo suyo mientras que yo trataba de perder el tiempo e ignorar cada una de las cosas que decía, tal vez así el tiempo pase rápido y pronto acabe con esto. — Entonces, dicho esto Susan se ira al departamento de Diseño Gráfico, así que Alexia espero que estés al pendiente de cuáles serán sus trabajos. — Seguí jugando con mi bolígrafo hasta que sentí la mirada de todos los se encontraban a mí alrededor recaer sobre mí.  —   ¿Eh? — — ¿Alexia? Estás de acuerdo con eso... así tendrás apoyo de Frank y Susan a la vez, con eso sé que tu trabajo será un éxito. — Me levanté de inmediato  —   ¿De qué me perdí? ¿Y quién es Susan? - Pregunté exaltada. En unos segundos las risas y murmureos se escucharon entre toda la sala, probablemente eso me había hecho ver muy mal. — La chica que te estará apoyando de ahora en adelante... Mmmh, no hay remedio contigo, debería de descontarte por la poca atención que pones en estas reuniones.  —   Aquel tono molesto hizo que todos se callaran. — Lo siento, no volverá a suceder...  —   Pausé  —   Y si usted lo cree así, adelante... son sus órdenes y debo de acatarlas. -Creo- Por lo que no tengo ningún inconveniente - Volví a tomar asiento. El gerente dio las últimas órdenes y todos salieron de ahí, a excepción de Frank. Yo simplemente me recosté sobre la mesa. — Ahora ya no solo seremos nosotros dos... Pobre de esa chica, la han mandado a un infierno, aunque dependiendo de cómo esté me atrevo a meter las manos por ella  —   Guiño Frank. — Solo espero que sea una persona inteligente y brillante, si, necesito mentes brillantes y no opacas como alguien que justamente está frente a mí  —   Correspondí el guiño  — Si es todo lo contrario créeme que no me servirá de nada y solo será tiempo perdido, lo que significa que nuestro sueño quedaría “destrozado” por una extraña— Me recargue sobre uno de mis brazos. — Por supuesto que no haría algo como eso... cuando el presidente de la asociación me hablo sobre ello lo primero que pensé fue en apoyarlo, creo que tampoco me interesaría perder el tiempo con personas... tontas, sin ofender claro. Además espero que no llevemos ninguna tregua de por medio, solo déjame hacer mi trabajo y ya. Te diré cuál es mi área y espero que la respetes.  —    Aquella voz salió por detrás de mí lo que causo que arqueara mi entrecejo al escuchar tal aclaración. — Lo que me faltaba... —    Murmuré  —   Esta bien, si eso quieres, adelante, pero déjame decirte que tanto Frank como yo trabajamos en equipo, lo que significa que si quieres trabajar individual pues adelante, más trabajo para ti y menos para nosotros.  — Sonreí  — Me imagino que tú debes de ser Susan  —   Al terminar de hablar gire mi asiento para verle. Creí que la persona que nos habían enviado sería alguien con el semblante serio y si, un poco mayor a nosotros. Tan solo la voz y forma de actuar me habían hecho pensar de esa forma, pero como siempre toda cosa que imagino tiene que ser lo contrario. Comenzando con su piel, se veía un poco bronceada y suave, cabello largo y lacio de color n***o, haciendo juego con un flequillo que llegaba al nivel de sus cejas y las cuales eran cubiertas por el mismo. Ojos grandes color verde, su mirada parecía seria y sin ningún toque de "sutileza", pestañas largas y delineadas. Nariz delgada, labios carnosos y suaves. En su mejilla izquierda tiene una marca de nacimiento. Vestía una blusa de manga larga de color gris oscuro, unos jeans color n***o y unas botas de tacón alto del mismo color de los jeans. —  Y quien asegura que yo no trabajare con Frank... ¿O que él no querrá trabajar conmigo? No esperes que el destino te solucione todo, puedes incluso terminar trabajando sola. — Miro a Frank para sonreírle de medio lado  —   ¿Será que tú no quieres trabajar conmigo?  —   Preguntó seriamente. — No, oh... espera, si claro, si es por beneficio de la empresa, lo hago. No esta demás en que te apoye ¿Cierto Ale?  —   Murmuro el chico para recargarse sobre la pared. — Por favor... luego a quien se lo preguntas. Bien, si eso es lo que quieren adelante, yo tengo trabajo que hacer y por ahora no quiero seguir con esto  —   Me levante y camine hasta la puerta. — Tal vez si hubiera otra persona que trabaje con nosotros le preguntaría, incluso tú has dicho, "Frank y yo, trabajamos en equipo" Lo que significa que a ti te importa muy poco el cómo trabaje.  —   Grito justo antes de salir de la puerta  —   ¡DEJA ESE HUMOR PARA OTROS! — Camine hasta la oficina y recostarme sobre el sillón.  — Estoy demasiado alterada, ya pasara. Mañana empezare con todo y terminare con esta mala actitud por la chica nueva.  —   Cerré los ojos y recargue mi brazo sobre mi rostro para cubrir la luz. En pocos minutos tenía que empezar con mi trabajo de todos los días y tomar una pequeña siesta no me caería mal. Al fin, el día pasó y por lo visto la chica nueva comenzaría el día de mañana con sus respectivas labores y eso lo sé porque me han dado su ficha y su tarjeta con la que ahora entrara a todo el edificio. Como siempre, había terminado hasta mi último trabajo y estaba más relajada, así como también estaba pensando en comprarle un pequeño obsequio a mi novia. Por lo que pase a una tienda de postres y compre unos muffins, algo rico. Llegue a casa y Lis todavía no se encontraba ahí, estaba acostumbrada a que salía una hora después que yo, deje los pastelitos en la mesa y fui a descansar. »1h después. — ¿Amor? Ya es un poco tarde... deberías de vestirte y colocarte una ropa para descansar, si no, ve a tomar un baño  —   Lis se encontraba a mi lado, sujetando una de mis piernas para moverme y despertarme de una forma no tan brusca. — Eso es cierto, parece que al final me quede dormida. —   Me senté sobre la cama  — Cierto, te he traído unos pastelillos, que me imagino ya viste  —   Sonreí. — Sí, si los vi y gracias por ese detalle, pero cambiando de tema, debo de disculparme por lo que paso esta mañana, de alguna manera creo que me comporte un poco mal, la verdad si fue un comportamiento feo.  —   Sonrió luego me abrazo por el costado. — Lo entiendo y sé que en cierta forma también estuvo mal el no despertarte, ahora me dices antes de dormir si quieres que te levante temprano o no. Así estaremos tranquilas. —  Correspondí el abrazo y enseguida le robe un beso apasionado de sus labios. — Claro... - Respondió el beso —   Ahora mejor ve a arreglarte para dormir en lo que hago la cena. No pienses que te comerás las golosinas o los pastelillos sin antes haber cenado - Entrecerró la mirada y camino hasta la sala. — Sí, si... ya estoy en eso —  Confirme para seguir aquellas indicaciones. Tal vez este problema habían sido figuraciones mías, lo que significa que ese problema se había dado por concluido. PERSPECTIVA DE LISBETH — ¿Y si las cosas no van tan bien como me lo imagino? Algo debe de andar mal, es demasiado el tiempo que llevamos juntas y las cosas van tan bien... Aunque no me preocupa lo del tiempo, me alegra o me encanta estar con Alexia, creo que es de todas las mejores cosas que me han pasado, eso sin mencionar las dificultades que pasamos, que de alguna forma nos hicieron crecer como persona. Pero... me asusta el pensar que algo le esté pasando y que intente ocultármelo de cierta forma.  —   Pensaba mientras observaba la ciudad desde la ventana de mi oficina —   Ha pasado un largo tiempo desde que se alejó de sus padres y debe de extrañarlos, ahora se ha convertido en una chica independiente pero eso no significa que necesite de ellos, incluso yo necesito de mi madre a pesar de que no estoy molesta con ella. ¿Y si se perdió la confianza? ¿Habrá conocido a alguien? No, no, no... eso es imposible ya estoy demasiado paranoica. - Solté un suspiro, recargando ambas manos sobre mi cintura. —   Mejor olvidare este tema. Decir que tengo trabajo en exceso, eso es imposible. Hasta ahora soy una de las personas que se encargan de "manipular" la empresa, mi esfuerzo había dado frutos y lo único que ahora hago es de organizar el manejo y la forma de cada una de los empleados, lo demás ya es cuestión del presidente. El ser muy exigente me ha hecho de pocos compañeros de trabajo y lo peor de todo es que no entienden que las cosas deben de seguir al pie de las reglas. La única persona con la que puedo "platicar" a gusto es con el presidente de esta empresa, desde que llegue a trabajar aquí se ha comportado muy amable y atento, sin embargo la mayoría de las personas de aquí tienen en mente que somos pareja o que mantenemos una relación en secreto. Cosa que no es nada agradable. Él no sabe que tengo una relación con una chica; creo que no es algo que tenga que estar diciendo a todas las personas, menos estas cosas que son totalmente privadas. Además nunca se ha prestado la ocasión de hablar de este tipo de temas, ya que no involucramos cosas de trabajo con lo personal, pero él si es demasiado coqueto. — Vaya, que rápido ha pasado el tiempo  —   Expresé observando el reloj. Justamente la hora de salida, no había nada agradable más que esto. Tomé las cosas necesarias y salí de la oficina. — ¡Señorita Lis! —   Una voz masculina resonó por el pasillo. — ¡Dimían!  —   Expresé volteando a ver el chico que me llamaba. Era nada más y nada menos que Dimían. Sí, él es la única persona a la cual le hablo en este lugar. Es un chicho de estatura media, piel sumamente blanca, cabello rojizo y corto, ojos marrones y pestañas del mismo color de pelo. Él es de Irlanda, pero por razones de trabajo ahora está en USA y probablemente se quede a vivir aquí una larga temporada. — ¿Tan rápido? Pensé que ya te habías ido... Oye, vamos a comer o cenar algo. Tengo unas ideas que te pueden servir para la próxima semana. ¿Qué te parece?  —   Pregunto siguiendo mi paso. — Suena interesante... de verdad, pero tengo que llegar a casa, tal vez mañana a la hora de la comida ¿Te parece?  —   Cuestione subiendo al elevador. — Mala respuesta, pero está bien, siempre y cuando pueda pasar un rato contigo está todo bien, ya sabes que no estoy muy comunicado con las personas de aquí y se me hace un poco aburrido no hacer nada — Sonrió. — Me imagino, pero será mañana.  —   Llegamos a nuestro destino, me despedí de él y subí a mi auto. Durante el transcurso del viaje me quede pensando algo seriamente. — ¿Qué pasaría si alguien de las dos conociera a una persona que vuelva a dar un giro a nuestra vida? Será capaz de existir esa posibilidad en nuestra mente. Yo tengo muy en mente que amo a Alexia, he pasado tanto tiempo con ella que me es difícil imaginar mi vida sin ella y sé que puede parecer algo tonto porque existen unos rumores que parejas similares a nosotros no son muy duraderas, pero sé que mientras confíes en esa persona tanto la existencia de otros y el mismo miedo de uno de querer perder a la otra persona desaparece. Sin embargo, Ale es muy linda, dudo que no tenga pretendientes en donde actualmente trabaja. Y hablando de eso, no tengo en mente si alguna vez menciono acerca de las personas con las que convive, la veo tan concentrada y entregada a su trabajo que no me gusta interferir en su espacio. — Seguí conduciendo hasta que llegue a casa, sobre la mesa se encontraba un paquete con algunos muffins dentro, la casa estaba con el menor ruido, camine hasta la habitación hasta que llegue a la habitación, donde Ale se encontraba dormida. Me acerque de inmediato y bese su mejilla con delicadeza, había olvidado el dilema que tuvimos esta mañana y que por desgracia nos hizo enojar. Así que la desperté para disculparme y posteriormente dedicarme a la cocina. Cuando todo estaba listo, fuimos hasta el comedor para cenar. Hablamos un poco de cómo fue nuestro día, sin mencionar nada referente a lo que paso en la mañana, ya que ese tema se había dejado por la "paz". Empecé a jugar un poco con la comida y luego la mire fijamente. — ¿Está todo bien? — Enseguida se percató de aquella mirada. — Sí, lo está, solo tengo una pequeña duda, todo bien —   Afirme y continúe comiendo. — ¿Duda? Qué clase de duda es eso que tanto te preocupa... — Respondió y enseguida dejo los cubiertos sobre su bandeja. — Ya sabes, trabajo y demás, tengo que entregar algo para la próxima semana — Mentí y sonreí gentilmente. — Eso, ya entiendo.  —   Respondió seriamente y con un tono cortante.  —   Tal vez deberías de dejar eso en su momento y no es porque me moleste así que solo tómalo como un punto de vista, pero... no crees que ya es demasiado el que te preocupes por tu trabajo, está bien, yo lo hago y lo acepto, pero no llego a tal extremo de preocuparme por lo que viene la próxima semana. Y como vez no tengo la mínima expresión de preocupación por ello. — — Bueno, es que no compares mis registros con dibujitos. Es mucha la diferencia y probablemente tú tienes gente que se encargue de otras cosas o algo así, cosa que yo no tengo  —   De igual manera deje los cubiertos sobre la mesa. — ¿Dibujitos? Ok, ya veo. Lamento no pensé que este "punto de vista" te molestaría tanto, en fin. Gracias por la cena. Ah... y deja te aclaro que con esas pocas personas que me ayudan no es suficiente para terminar uno de tantos "dibujitos"  —   Se levantó de la mesa. — ¡Alexia! Disculpa, no pretendí catalogar lo que haces de esa manera.  — Me levante para seguirla —   No crees que hemos andado fuera de lo que somos últimamente, ¿Hay algo que te preocupa? Verdad, si es así debes de decírmelo— — Sí, sí creo eso, pero la única que anda fuera de su "yo" eres tú y no he querido interferir desde que te note así para no complicar las cosas. Pero como siempre, cosa que dejo al final se termina complicando, ya entendí que ese es mi ciclo. Y no, no hay nada que me preocupa, aparte de ti.  —   Se dio media vuelta para verme. — ¿Qué clase de cosas te preocupan de mí? Tienes miedo de que me olvide de nosotras o que de repente me aleje de ti para irme con alguien. Déjame decirte que no tengo intención de que eso pase  —   Me acerque a ella para tomarle de los hombros. — ¿De qué hablas? En ningún momento me ha pasado eso por la mente. De hecho nunca me imaginé que algo así pase entre nosotras. Lo único que me preocupa es que te desvives por el trabajo y que bueno te pase algo referente a tú salud.  —   Sonrió. — ¿Enserio? Entonces está todo bien contigo, no hay nadie que te guste o algo así...  —   Expresé asustada mientras le tomaba de las mejillas. -Sabes, estuve pensando eso hace varios días y sinceramente me asustaba - Entrecerró la mirada  —   ¿Qué te hace pensar eso? No me digas que he dado entender que alguien me gusta ¿De verdad? Oh no... estoy en problemas. De verdad no era mi intención pero es imposible que esa chica me deje de gustar  —   Bajo la mirada. — Alexia... —   Solté sus mejillas  —Ya entiendo todo, entonces no fue simple preocupación— Sentí de repente sus brazos recorrer mi espalda para llegar sobre mi cintura  — Pero porque te preocupas, tú eres la única chica que me gusta y que me hace sentir tantas cosas con solo tocarla y abrazarla... eres tan hermosa Lis—   Suspiro a mi costado. Era imposible que mi corazón dejara de latir fuertemente, cada palabra que decía me hacía sentir tantas emociones en un solo instante, lo peor de todo es que a pesar del tiempo lo sentía como la primera vez, sabía que debajo de tanta seriedad y rudeza de aquel entonces se escondía una chica amable y cariñosa, sin duda ella sabe cómo enamorarme.
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