5. Primera vez

2480 Palabras
¿Jefe? Se sienta sobre la silla principal en la cabecera y extiende sus brazos al frente. —Felicidades, han llegado hasta acá, lo que los convierte posiblemente en los mejores editores de sus antiguas empresas...— —lo dudo, de ser así no estarían aquí.— digo en voz alta. ¡No dije eso en voz alta! ¿O sí? Mi lengua no se mide y solo dice lo que quiere decir, he sido indiscreta y por la mirada que Max me dirige, sé que estoy en problemas. Acomoda su eapalda sobre la silla movible y me mira altivo—¿Algo más que aportar, señorita...— Hala del folder que lleva mi foto y lo mira con desdén.— Woods?. Las miradas de todos se posan sobre mí. —No, yo...— —según su informe, estudió letras en la universidad estatal de Florida, Siendo una de las mejores de su clase.— me mira interrogante. Su presencia es imponente y su voz y su mirada intimidantes. Trago saliva y contesto, aparentando seguridad.— La primera en la clase.— Enarca una ceja y asiente convencido. —¿Fue la modelo en una de las portadas de un best seller de Megan maxwell?.— ¡¿Qué rayos?! Ese seguro fue Dave. Estaba comenzando a sudar helado, miraba hacia los lados y solo encontraba las miradas de los demás sobre mí. Mataría a Dave por eso. —Eso, bueno...yo...— —también dice que sabe hablar cinco idiomas con soltura, eso es realmente increíble.— menciona con sorpresa en la voz. Lo está disfrutando, el idiota lo está disfrutando y lo sé por el hoyuelo que trata de disimular en su mejilla, se está reprimiendo una risa. —¿ha trabajado antes en una editorial, señorita Woods?— _trabajé en RH un tiempo, pero lo dejé porque mi jefe me incomodaba._ ¡Rayos! Lo miro y entrecierro mis ojos, estoy segura de que recuerda todo lo que le dije esa noche. —tengo entendido que trabajó en RH, ¿Cierto?.— sonríe — pero de ser así, ¿Por qué no agregarlo a su hoja de vida?. ¡Porque es mentira! —bu-bueno...— —seguramente editoriales Greco fue su mejor opción.— suelta con gracia, lo que a los demás oyentes les causa gracia y ríen al verlo reír. Pero la tensión es tan fuerte que puedo asegurar que sus risas son más bien nerviosas. _¿La editorial Greco fue tu primera opción?_ _de hecho no… Él lo sabía, sabía las respuestas y estaba jugando conmigo. Me estaba tomando como su juguete. Esto se estaba tornando demasiado personal. —una impresionante hoja de vida, continuemos con la del señor Robles.— desvío la atención hacia el sujeto calvo que estaba al lado derecho de la rubia burlona. No sé si debía agradecerle, o salir corriendo y lanzarme a ciegas en la carretera. Mi suerte no podía ser peor. .. .. .. Salí como si fuera un rayo de aquel lugar. Tanto tiempo esperando una oportunidad para entrar a trabajar a ese lugar, y al final, cuando todo terminó y nos dijeron que ellos nos llamarían sí habíamos sido seleccionados, solo deseaba que no lo hicieran. No después de lo que pasó aquella noche. TRES DÍAS ATRÁS (DÍA DEL TOUR? Despierto y me levanto de golpe, el dolor en mi cabeza me hace caer acostada de nuevo, cubriendo con mi antebrazo mi frente y ojos para ignorar la luz que insiste en meterse en mis pupilas. —¡Qué dolor!— lanzo un quejido al aire. Escucho el sonido de una puerta siendo cerrada y haciéndole frente a mi incomodidad me levanto de nuevo, despacio voy recuperando mi vista y logró observar el lugar. Este no es mi cuarto…¡Está no es mi casa! Llevo mi mano a mi cabeza de nuevo y me quedo parada en medio de aquella habitación, completamente perdida. —...Solo una vez. ¿Lista?— —¡Solo hazlo!— Abro mis ojos de par en par, mientras las imágenes de la noche anterior se reproducen como si fuera una película de terror en mi cabeza. ¡¿Qué rayos hice?! 11 horas atrás. Bailamos por un rato más, él sigue sin camisa y yo aún tengo mis nervios disparados, pero no hemos intentado nada de nuevo. —¿Por qué quieres el empleo en la editorial?— pregunta. Me aferro más a su espalda y me encojo de brazos.— Siempre fue mi sueño trabajar en una editorial. —¿y editoriales Greco fue tu mejor opción?— —De hecho no, pero es una de las mejores editoriales a nivel mundial y si tuviera la oportunidad de trabajar ahí, lo haría.— Me hace dar una vuelta y me toma de nuevo entre sus brazos.— ¿Ya has trabajado en editoriales antes?— Muerdo mi lengua. En "cantina La editorial" tal vez. —Sí.— miento.— era la mejor editora de… Cantina "La editorial" —de RH.— Se aleja un poco y me mira muy sorprendido. — ¿Trabajaste en RH?— ¡No! —Sí.— Ya está, me iré al infierno por mitomana. —¡Vaya! Entonces estoy con una genio.— sonríe, tomándome de la cintura. —Yo no diría eso...— —¿Y por qué dejar RH por Editoriales Greco?— ¡Esa es una buena pregunta! Si tan solo fuera cierto. Lo miro a los ojos y casi perdida en esos hermosos Orbes de color exótico, contesto con normalidad.— es lo que hay.— Nos acercamos cada vez más, nuestros labios se atraen como imanes, puedo sentirlo, estamos a punto de besarnos y… —Lo siento.— Su teléfono comienza a sonar, nos detenemos y él se acerca a su saco para tomar el móvil y contestar la llamada, sin embargo, frunce su ceño viendo el identificador y segundos después corta la llamada sin contestar. Se da la vuelta volviendo a mí.—entonces...— Se queda en silencio al escuchar el ruido de mi estómago. —¿tienes hambre?— —no, yo...— De nuevo mi estómago hace su reclamo y me evita que niegue, a algo que es tan obvio, y claro, esta vez llora mucho más alto que la vez pasada, como si me dijera "¡deja que me alimente, idiota!" Su hermosa sonrisa aparece una vez más, haciéndome estremecer. Se levanta y camina a la cocina, diez minutos después aparece con un plato lleno de papas fritas y en el centro una hamburguesa gigante. Si pudiera verme en un espejo diría que mis ojos están brillando y la saliva se está escurriendo por mis labios. Lo deja en la mesa, sirve dos copas más de Martini y me invita a sentarme a su lado, frente a la mesita, en el sofá. ¿Adónde ha estado toda mi vida? Con premura me siento en el sofá a su lado, tomó una papa y la llevo a mi boca. Ahora que lo pienso, tenía mi estómago vacío, no cené en el restaurante por estar esperando al idiota de mi ex, y por la tarde luego del tour por la editorial, al llegar a casa a cambiarme, la abuela me ofreció comida y me negué, porque pensé que cenaría con Mark en el restaurante. Llevo otra papa a mi boca y siento la mirada del castaño muy atenta sobre mí. Mi cuerpo se estremece cuando lo veo acercarse, aún con mi mano cerca de mi boca, me quita la papá y la deja sobre el plato. —¿Qué ha.. ?— No soy capaz de terminar la oración, el chico me ha tomado por sorpresa y se ha apoderado de mis labios. Su lengua se mueve con tanta experiencia en mi boca, acaricia mi pierna izquierda y la levanta sobre su regazo, mientras se acomoda sobre mí y despacio me acuesta sobre el sofá. Nunca me habían besado de esa manera, estoy húmeda y solo ha sido un beso, mis corazón palpita fuerte contra mi pecho y mi vientre me reclama más, más de aquel cosquilleo, es como fuego, como el fuego en su mirada, como el fuego en sus manos que queman mi piel por donde sus manos tocan. Abro mis piernas y lo atrapo de la cadera, sin siquiera abrir mis ojos, esto es mágico y no quiero que termine. —Si quieres…— susurra con voz grave y ronca en mi oído.— esta también será mi primera vez.— Se aleja pocos centímetros y me mira a los ojos, puedo ver su mirada oscura y llena de lujuria y aunque siento miedo, nunca me había sentido tan segura de algo, y el alcohol me da la determinación que necesito para darle mi afirmación. Sonríe y muerde su labio, se levanta y me toma en brazos y en con premura me lleva hasta una habitación. La habitación es enorme, tiene una cama matrimonial, un armario con un espejo frente a la cama, un pequeño buró y al otro extremo una puerta aparte que quizá es el cuarto de baño. Me deja sobre la cama y comienza a quitar su pantalón, estoy intranquila y él lo nota, ya que en segundos se coloca sobre mí de nuevo, sin dejar todo su peso sobre mí y comienza a subir mi vestido. —Eres simplemente hermosa— No puedo respirar con normalidad, mi pecho sube y baja con fuerza y no soy capaz de pensar con claridad. Mi ropa cae en la esquina de la cama, mi sostén viaja al piso y de un tirón arranca mi braga. Intento cubrirme, ya que me da un poco de vergüenza, pero me detiene. Aparta mis manos y las entrelaza con los suyos a los lados de mi cintura.— quiero verte.— Me ruborizo al instante, siento como su mirada quema cada espacio de mi cuerpo y todo se vuelve borroso. Cierro mis ojos y muerdo mi labio, estoy cada vez más excitada y deseosa, todo esto es nuevo pero con él es como si mi cuerpo ya lo conociera. Sus labios gruesos, apetitosos y húmedos viajan por mi cuello a mi pecho, y al sentir su respiración cerca de mis senos dejó salir un profundo gemido. me niego a creer que aquel sonido ha salido de mi boca.— quiero escucharte de nuevo.— pide, antes de meter uno de mis pezones a su boca y comenzar a chupar. Esto es indescriptible, es una sensación tan jodidamente deliciosa que no puedo describir en palabras, mi corazón está por salir volando de mi pecho y veo luces en el techo de lo mareada que estoy por no poder retener el aire en mis pulmones, me retuerzo en la cama y presiono mis uñas al dorso de su mano, que sigue sosteniendo la mía. Estoy sudando y siento una fuerte presión en el vientre, un tortuoso pero delicioso cosquilleo que quema en mi sexo. Muerde y juega con mi pezón, arrancando jadeos de mis labios, se aleja un poco y relame sus labios, mirándome con lujuria impregnada en su mirada, luego se inclina de nuevo y comienza a jugar con mi otro pezón. Se detiene, termina con lo poco de ropa que lo viste y regresa a la cama, deja besos en mi abdomen y baja cada vez más a mi centro, besa y lame mis piernas haciéndome suspirar y temblar sobre la cama. —quédate quieta.— pide. Siento su aliento cerca de mi entrada y me quedo de piedra. ¿Qué pretende hacer? —Espera…¡Oh!— abro mi boca y ahogo un gemido fuerte, sintiendo como su lengua juega en mi entrada con mi clítoris. Trato de soltarme de su agarre, sin embargo parece no sentir el dolor de mis uñas perforando la piel de sus manos, continua con su rica tortura en mi entrepierna. Siento un pequeño dolor en mi vientre, seguido por un cosquilleo extraño, es una especie de necesidad, quiero correrme pero me avergüenza, siento que no puedo más y comienzo a temblar, esto me sobrepasa, es demasiado… —no te contengas.— pide, asomando su cabeza por mis piernas. —Yo no…¡Ahhhjj!— Mete su lengua una vez más en mi entrada y me hace jadear. —dejate ir.— ordena imponente y como si mi cuerpo le obedeciera a su voz demandante, me corro en su boca. Una sensación de alivio me llena el pecho y lo veo sonreír, mientras relame sus labios y me mira extasiado. —eres deliciosa.— suelta. Me ruborizo y apartando nuestras manos, cubro mi rostro. Estoy loca, en verdad loca, pero lo que acaba de pasar me gustó y mucho, tanto que lo por un momento pensé en pedir más. Ahora sin previo aviso, acomoda su m*****o en mi entrada y comienza a rozar la punta de su pene en mi sexo. —lo haré despacio solo una vez. ¿Lista?— —¡Solo hazlo!— casi suplico, por la enorme necesidad que he comenzado a sentir, quiero que entre de una vez en mí, quiero sentirlo. Como si escuchara mis pensamientos, sonríe y entra en mí, despacio. —dolerá tan solo un poco, luego lo disfrutarás.— Asiento, mordiendo mi labio inferior. Acaricio su espalda y lo halo hacia mí, beso su cuello y sus hombros, tratando de disimular las muecas de dolor, al sentir su duro y enorme m*****o romper mi himen. Acaricia mi cuerpo, busca mía labios y deja un casto beso, antes de buscar mi cuello también. Se mueve lento, pero determinado, jadeo cerca de su oído y respiro agitada. Aquel dolor es reemplazado por placer, se siente delicioso, demasiado delicioso, quiero más. —más fuerte, mu-muevete más fuerte.—mi voz sale en inaudible. No obstante obedece. Se mueve más rápido, haciendo que mis músculos se contraigan y mis latidos se ralenticen. ¿Es posible sentir que estás muriendo, mientras estás más viva que nunca?. Se mueve aún más rápido, estamos cerca del éxtasis y lo sé porque me siento igual que hace rato, pero esto es aún mejor, veo luces, siento los espasmos y al ya no poder más cuando aumenta sus embestidas, araño su espalda y me corro de nuevo, llegando junto a él a lo que viene siendo mi segundo orgasmo de la noche. Estoy agotada, complacida, sonrío como tonta y siento como él se acomoda en la cama tras de mí, pega su cuerpo desnudo a mi espalda y puedo sentir su m*****o sobre mis muslos. Es reconfortante y delicioso, estamos sudando peroa calidez de nuestros cuerpos pegados no es molesto. Su mano queda sobre mi pierna desnuda y antes de cerrar mis ojos, lo siento suspirar cerca de mi cuello. Tal vez mañana ni siquiera recordaré esto. .. .. ..
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR