Incierto II

1024 Palabras
Llegado el día sábado, mi prima y yo estando en ese lujoso hotel, me presenta al sr. Damián Richardson un importante gerente de una marca exclusiva de autos deportivos, es un señor de edad, en cuanto llego Dayana nos presenta. —señor Richardson que placer volverlo a ver, le presento a su compañía de la noche dice ella con una sonrisa… coqueta pienso mientras le habla. —te lo agradezco preciosa, nos la pasaremos bien responde el sr. Richardson mientras me ve con ojos de perversión y yo apenas si asiento. Mi prima se retira de allí dejándome sola. —Vamos muñeca dice el sr. Damián mientras me ofrece su brazo, lo tomo pero me siento mal por ello. Jamás en mi vida he salido o estado con un hombre y esto es incómodo para mi, pero ya que es lo único que pude conseguir debo de hacerlo aunque no quiera. Caminamos entre toda las personas que allí se encontraban, podía observarlos a todos muy elegantes y finos, gente adinerada e importante. El sr. Damián me presenta a todos como “la bella dama” hago lo que pidió Dayana, sonreír nada mas. Pasan las horas en ese extravagante evento. Tuve que tomar algo de champagne, no suelo tomar pero es parte de mi trabajo así que accedo sin más. Pasada la media noche me sentía tan agotada en especial ya que mi prima dijo que era necesario utilizar estos tacones súper altos de punta fina y mis pobres pies no los soportaban más. —señor iré al tocador le indicaba a mi compañía mientras me zafaba de su agarre a lo cual solo asintió con una sonrisa de lado. Llego al baño y las mujeres de allí me ven como cosa extraña. No les presto importancia y salgo de allí yo solo quería algo de paz y tranquilidad. Saliendo del baño veo que afuera estaba el señor Damián. —vámonos preciosa… Iremos a un lugar… más privado dice mientras su mirada recorre todo mi cuerpo. —perdón señor ¿No entiendo a que se refiere? —y frunzo el ceño sin entender nada. —por favor bella, claro que lo sabes o… solo estás jugando insiste mientras trata de tomarme del brazo. —perdone, si ya se termino la fiesta mi deber termino acá respondo tratando de sonar lo más tranquila posible. —¿Terminar? por favor no juegues preciosa, esto si apenas comienza bufa él con burla. —pero… —Vámonos… quiero un lugar más privado dice y se abalanza sobre mí, me toma por los brazos y me sujeta con fuerza mientras trato de zafarme. Posa sus labios en mi cuello y me planta casi un chupetón. —por favor ¡suélteme! contesto mientras lucho contra ese viejo asqueroso. —¡No te hagas la que no sabes! me recrimina mientras una de sus manos aprieta fuerte mis glúteos, no soporto esto así que le doy una patada baja y salgo corriendo de allí. —¡Niña estúpida! es lo único que oigo que me grita mientras apenas se recompone, claro si el golpe fue donde mas le dolió. Corro de allí, tomo mi celular y llamo a Dayana pero no responde, mis lágrimas empiezan a salir, me siento asustada, impotente ante lo que me iba a suceder, el enorme salón de ese ostentoso hotel esta lleno de tantas personas que apenas si noto por donde voy, limpio mis lágrimas y sigo corriendo hasta poder encontrar la salida, tropiezo con un elegante hombre que esta de espaldas y pido disculpas por lo sucedido, él se voltea a verme y no dice nada y yo creo que me puse roja por lo de ahorita, paso a su lado y sigo mi camino y encuentro al final la salida. Detengo el primer taxi que encuentro para ir a casa, solo quiero… dejar este lugar. Llego a casa agotada. Prendo la luz de mi pequeña habitación y me miro al espejo. —Andrea… Esta no eres tú me reprocho a mi misma mientras veo a una mujer diferente a mi. No soy esta, no soy esa mujer del vestido color rojo entallado, no soy la mujer de los labios rojos y maquillaje exagerado digo mientras con una toallita húmeda quito el exceso del maquillaje. Mis lágrimas siguen corriendo. —¡Como desearía tenerte acá conmigo mamá, solo deseo un abrazo tuyo, solo tu sabias como hacerme sonreír de nuevo! me hablaba y de pronto quedo dormida profundamente. —¿Qué… Que pasa? hablo mientras abro la puerta y esta frente a mi Dayana. —¡Andrea! ¿¡cómo demonios desapareces anoche!? me recrimina alzando la voz molesta. —mira Dayana, ese hombre se quería aprovechar de mi dije con tono molesto. —¡eso que importa, pero lo de ayer fue un grave error. El sr. Damián es uno de nuestros mas grandes clientes y por tu maldita culpa acaba de ir a gritar a la agencia y pedir un reembolso de su dinero!. —¿Cómo? digo sin entender de lo que me habla. —mira Andrea… Ahora tu tendrás que pagar esa suma de dinero menciona de golpe mi prima y quedo pasmada ante sus palabras. —¿Pero por qué yo? apenas si hablo. —por que fuiste tú… Quien atendió al cliente sigue reprochándome mi prima y no es para tanto, esta sumamente furiosa. —pero tu sabes que no tengo dinero, ¿No habrá otra forma? —Mira, agradece que mi jefa esta de buen humor, la única solución es que trabajes una noche más… Y con ello saldaras las cuentas responde mi prima mas calmada. Respiro hondo lo que menos quiero es… otra experiencia igual a esta. —piénsalo Andrea… o es eso o buscas el dinero para pagar, tienes hasta el viernes, porque el próximo evento será en una semana dice ella dándose la vuelta y quedo pasmada. No se que hacer en realidad, además no cuento con el dinero suficiente. Así que… opto por la oferta de mi prima, luego ya veré como le hago para sobrevivir pienso mientras cierro la puerta de la casa.
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