Inuyasha Dos semanas después Dos semanas, dos malditas semanas sin saber nada de mi pequeña, es como si la tierra se la hubiese tragado. Ni el detective más bueno, ni la policía ha dado con su paradero. Nada. Nada de ella, Yui sigue preguntando por ella y yo solo enloquezco cada día que pasa, son como miles de dagas que apuñalan mi corazón. ¿En qué momento me volví tan cursi? Creo que desde que la conocí ese es mi pasatiempo favorito, quien me vio y quien me viera, hay veces en las que me desconozco totalmente. —Todo está listo Inuyasha—Ayame entra con una hermosa sonrisa a mi despacho, digamos que después de nuestra conversación nos llevamos mejor. —Qué bueno, si todo está listo me macho a casa, tengo que arreglarme para esta noche—digo levantándome del sofá que está en mi oficina. —

