Alexander Samuel llegó cuando la policía terminaba de tomar la declaración de Jennifer. No entendí la razón de su presencia ni cómo se enteró, aunque agradecí que estuviera allí para que todo me resultara menos insólito. No podíamos volver a la mansión en esas condiciones, empezando por el hecho de que ni siquiera sabían que me había llevado a Jennifer conmigo. Mi amigo lo entendió a la perfección, por lo que nos albergó en su departamento mientras recuperábamos la compostura y el sentido. –El golpe de Jennifer no es gran cosa, nada que un poco de maquillaje no pueda cubrir. Para tus heridas necesitarás usar el botiquín, creo que tendré que comprar algunos desinflamantes, porque ese golpe bajo el ojo te dolerá como el infierno mañana. –Necesito cubrir los golpes, si Mauricio o Nic

