Helycion, Ardoscan. Alexetimia Compartir mi cuerpo con Howl no era más que un acto de cortesía, ya que tenía muchas más extensiones de mi conciencia que él y eso lo había descubierto hacia poco y justamente en el momento en que me tope en un espacio diferente a los que estaba acostumbrado, el mudo cibernético era una cosa completamente distinta al mundo real, debido a que en ese espléndido mundo podía crear, destruir y cambiar todo lo que me propusiera. Observo a mi alrededor y soy capaz de distinguir la enorme cantidad de kilómetros libres a la cual me veía expuesto con un pulcro tono blanco, empecé a caminar en ese mundo claro y me topé con diversos canales por los cuales podía dirigirme hacia cualquier otro lugar, mi conciencia se movía a través de la redes mientras mi cuerpo se que

