CAPITULO 4 MIS VECINOS

877 Palabras
No podía salir de mi asombro ¿Con quién diablos me había acostado? ¿Quién era ese chico, que me cogió como nunca? A pesar de su inexperiencia me había hecho sentir lo que muchos hombres, en muchos años no me habían hecho sentir, por lo general cada hombre que me cogía nunca se había preocupado por si yo me había sentido satisfecha o no. Dejé el celular a un lado, llevé las manos a mi cabeza y me despeiné, no podía sacármelo de la cabeza, cada beso, cada caricia, hizo que mi cuerpo se estremeciera. Cerré mis ojos y me obligué a dormir, ojalá algún día lo vuelva a ver, quisiera volver a estar con él. DIAS DESPUES Me encontraba en mi apartamento, me he enfermado de todo en esta vida, pero la enfermedad que más me afecta es el aburrimiento, odio aburrirme, me aburro con una facilidad horrible. Algunas de mis amigas dicen que es porque soy muy apasionada, muy visceral, y cuando algo nuevo ocurre en mi vida lo exprimo tanto y tan rápido que termino por agotarlo y por aburrirme de ello, desde hace uno días que no dejo de pensar en aquel chico, debo admitir que he intentado coger con otros hombres, pero no ha sido lo mismo, ya no me excitan como antes. A veces puedo combatir el aburrimiento con la llamada de un amigo las personas lo hacen, si tienen pareja, que no es mi caso, pueden invitarla a ir a comer, al cine, etc. Siempre hay una salida y yo siempre que puedo echo mano de ella, pero hoy siento que es absolutamente imposible evitar el aburrimiento ¿Será por qué es ese día del año? Es 15 de agosto, día festivo, son demasiadas casualidades que ocurren el 15 de agosto. Tomó un sorbo del vaso de leche que tengo en la mesa – Sé sincera Evangelina, sabes que no es eso lo que te pasa – Me dije a mi misma. No, debe ser porque es ese día, insistí, todo contribuye, para que sea extremadamente aburrido. Estamos ya a mediados de agosto, no hay nadie, todos se han ido de vacaciones, yo después de aquel encuentro, pedí unos días en la empresa, no queria verle la cara a Richard, tambien dejé de frecuentar a Mark, tenía que poner distancias entre ambos, ya que, no querían que los sentimientos que han desarrollado hacia a mí, me afectaran, no estoy lista para una relación a menos de que sea con… abrí mis ojos ¿Te estas volviendo loca Evangelina Li? ¿Qué está pasando contigo? Me asomé por la venta, las calles están vacías, no queria mirar la tele, porque solo ofrece porquerías, tampoco puedo ir al cine, porque no se ha estrenado nada decente, este día es un asco. Gruñí. El reloj dio la 04:00 p.m. y no pasaba nada, no ha sonado el teléfono, revisaba a cada rato a ver si tenía un mail, pero nada. La tele seguía apagada y yo reposaba en el sillón, maldecía tanto el aburrimiento, la cereza del pastel, es el calor que hace en agosto. Como no tengo aire acondicionado las altas temperaturas no me lo están haciendo nada agradable. Ya estaba al punto de gritar histérica cuando siento que tocaron la puerta, me sorprendí mucho, no espero a nadie y menos este día, me levanté con pereza del sillón y caminé hacia la puerta, la abrí, allí estaban Sebastián y Will, mis dos vecinos, dos tipos de lo más corriente, aunque no puedo negar que extremadamente bien educados, deduje lo que iban a pedir antes de que abrieran la boca, pero no me dieron tiempo, sencillamente estaban aburridos tanto como yo, que lo que buscaban era compañía. Ya que no tenía nada mejor que hacer lo hice pasar - ¡Sigan! – les dije, haciéndome a un lado para que ellos entraran al apartamento. Vi como caminaron hasta el sofá y se sentaron, di un suspiro y caminé hacia la heladera y saqué un par de cervezas. Cuando me acerqué a entregárselas Will que es el más guapo y hablador las tomo en sus manos y me miró fijamente – Realmente, no venimos por las cervezas – Yo me lo quedé mirando confundida – No venimos tampoco a entablar una conversación contigo. Yo los miré algo extrañada - ¿Entonces a que vienen? – Pregunté curiosa. -Venimos a cogerte – Respondió Will. Me quedé de una pieza, realmente por unos minutos dudé, pensé que si no serían los más de 30° los que me estaban causando alucinaciones. Al notarme un poco callada Will insistió, solo que está vez sirviéndose de sus más refinados modales – Lo haremos solo si tú estás de acuerdo – No había duda que estos tipos estaban muy calientes. Me senté en el sillón y pensé, siempre tenía la mirada de Will y de Sebastián sobre mí. Caí en cuenta que desde aquella vez no cogía como Dios manda, después de todo no tenía otra cosa mejor que hacer – Hagámoslo – La verdad, necesitaba borrar a ese chico de mi mente y que mejor manera que cogiendo con dos tipos, necesitaba borrar cada caricia de mí, tenía que sacármelo de cabeza a como diera lugar.
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