No lo esperaba

1249 Palabras
Rainer Justo pensaba que el matrimonio que los reyes me habían coaccionado a aceptar me traería algo de paz, porque supuse que con esto los nobles dejarían de intentar casarme con sus hijas. Fue todo menos lo que esperaba, claro que debía haber algo de temor y resistencia por parte de mi futura esposa, pero esta chiquilla se salió de mis preparativos mentales. Y ahora que la llevaba en brazos forcejeando para que la liberara, me cuestione sobre mis acciones, estaba siendo muy tolerante con ella, por ello vi necesario que tanto ella como los que nos rodean se den cuenta de que a pesar de todo sigo siendo el demonio. Es mejor de esa forma, ella aprenderá a respetarme y a seguir órdenes, porque así podre mantenerla protegida por lo que dure esta farsa. Su cara reflejo odio y miedo a la vez, pero eso no sería suficiente para perturbarme, porque había que mantener las apariencias. Narrador La joven no puede tranquilizarse ahora que está en sus dominios, por su parte el general solo le está dando una lección, que será mejor que aprenda más pronto que tarde, pues le podría costar la vida de no hacerlo. El general se descalza las botas y pretende seguir desvistiéndose, lady Harslam por su parte se tapa con las mantas nuevamente, hasta que escucha las pisadas de los pies descalzos aproximarse. Por fin la cama se hunde ante el peso del general, Arscoth jala la manta sin llegar a destaparla por completo, los ojos de ella pueden notar la gesticulación siniestra del general. Rainer toma con fuerza la mandíbula de la chica y la acerca a su cara, los ojos de ella se sobresaltan ante aquella acción. —Escucha con atención, no me gusta repetir las cosas. Nunca vuelvas a desobedecerme. Solo por hoy seré considerado debido a tu circunstancia. La chica se hace para atrás para zafarse del agarre del general, lo que fue un error, porque Rainer la acorrala en la cama estando casi encima de ella, dejándola aún más vulnerable. —¿Y si no lo hago? —algo en el fondo de ella la hizo preguntar aquello, tal vez su naturaleza. —Las consecuencias no te gustarán, pregunta a cualquiera, te pueden dar varios ejemplos. Los ojos de Rainer serían hermosos, pero dejaban de tener su encanto cuando él se ponía serio, hasta parecía que se oscurecían, la chica podría jurar que cuando el general estuviera furioso le saldría fuego por los ojos. La chica no puede más que bajar la mirada como gesto de sumisión, satisfecho, el general se incorpora y se levanta de la cama. —Ahora duerme y espero que, por tu bien, no deba de volver aquí. Compórtate, porque ya llegué a mi límite. La chica, al ver que el general camina y levanta sus botas, se siente aliviada y ante sus palabras asiente con vehemencia, sabiendo que no será lastimada, por lo menos no ese día. El general Arscoth necesita planes, unos que no contemplo, ya que su matrimonio fue todo menos lo que esperaba. Se suponía que lady Harslam era de un carácter dócil o eso le había dicho la reina. Estaba la posibilidad que su pérdida de memoria, si era cierto aquello le hubiera alterado la personalidad, pero cómo diablos lidiaría con ella, cuando había esperado tenerla bajo supervisión en su casa realizando cualquier tarea propia de las damas. Para fortuna de Rainer ese día no volvió a escuchar más problemas con respecto a su nueva esposa. Y esperaba de verdad no tener que aterrorizarla para conseguir su completa obediencia. ... A la mañana siguiente fue levantada la esposa del general con total prontitud para ir a tomar el desayuno a lado de su nuevo esposo y algunos otros miembros de la corte. Brianna observa a las mucamas inspeccionar la cama, buscando algo, mirándose de forma discreta y negando. En el ala derecha a donde ocurrió el enlace matrimonial estaba el comedor con unos cristales altos y de colores que dejaban entrar la luz del sol de forma maravillosa, pues las tonalidades parecían danzar. La joven fue la última en aparecer y en ese instante se encontró siendo el centro de todas las miradas, su nerviosismo surgió de forma más potente al divisar a los mismísimos reyes, por supuesto fue de inmediato y realizo una reverencia. —Discúlpenme, no sabía que sus majestades nos engalanarían con su presencia. —Levántate, no es para tanto, aquí solo estamos la familia. Ella buscó a su ahora esposo, quien con un leve movimiento de la cabeza le indico su lugar a su lado, por lo que ella se apresuró a ir a ocuparlo. La variedad de platillos era apabullante, así como todos los utensilios dispuestos para comer, copas, vasos, platos, tenedores y demás. La chica Harslam no era tonta, por lo que se las arregló para observar lo que otros hacían. Para el general no pasó desapercibido el hecho de que ella no comiera de inmediato, era distinto a la recepción del día anterior, ya que allí tenían un sirviente que les acercaba los alimentos y ponía los utensilios requeridos, pero aquí. Donde era un simple desayuno privado y familiar, los sirvientes no eran requeridos y de esa forma ellos tenían la libertad de sentirse en una relativa normalidad familiar. Como pudo, Rainer le mostraba que debía emplear, incluso tuvo que pellizcarla para indicarle que estaba a punto de cometer un error. Por su parte, el rey, estaba divertido viendo la interacción de esos dos y para él era refrescante volver a ver la parte humana de Rainer, quien se había transformado en un ser despiadado y sanguinario con el paso de los años, y su entrenamiento en la milicia. Una vez acabada la comida, el rey pidió hablar con la nueva pareja. —Seré breve, Arscoth espero que consumen este matrimonio, porque es mi deseo tener niños corriendo por los jardines del palacio. El general levantó una ceja y meneo la cabeza —me temo que ya he cumplido con sus deseos, uno más es excesivo y podría considerarse como tiránico. —¡Rainer! Hablo en serio. —Yo igual, lo lamento, pero mi vida la dedicaré a mi carrera militar, no tengo intenciones de tener descendencia. —Serás un dolor de cabeza, ¿entonces para que carajos aceptaste el matrimonio? —¿Me permite ser brutalmente honesto? —el rey mueve la mano para permitirle seguir —fue para que la reina dejara de importunarme, así como los nobles. Además, le recuerdo que me prometió el mando de las tropas Harslam. Al rey le duele escuchar los motivos, ese joven al que miles temen es un hijo para él y con gran pesar teme haberlo perdido al haberlo encaminado en la vida de las batallas. Siente que ha fallado atrozmente, ya que cuando lo trajo para criarlo era para pagarle una gran deuda a su amigo, el padre de Rainer, quien pudiendo ser el rey, prefirió cederle el trono a él para poder llevar una vida serena. Lo cual no logro debido al estallido de una rebelión que termino con su vida y con el patrimonio que había forjado, sus tierras todo fue borrado. Un gran y nostálgico suspiro se le escapa al rey, y aunque el general le tiene aprecio, no puede permitirse enrollarse en las fantasías de una vida feliz, cuando en su interior sabe que tiene cosas pendientes. No debe dejar de lado su propósito principal de venganza.
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