CAPÍTULO VIII: PARTE I

2492 Palabras

Chicago, Estados Unidos.  Ancel.  Entrego mi arma. Endurezco mi rostro cuando miro la escena desgarradora, inhalo profundo e intento calmar mi ira. Cierro los ojos con fuerzas y, antes de darme cuenta, se encuentra buscando como huir. Permito que de unos pasos, que tenga esa falsa esperanza de hallar una salida, sin saber que condenó su vida al estar presente en este día; no tiene escapatoria porque atravesarse en mi camino fue su ruina.  Los hombres a mi cargo, observan el momento a la expectativa, no hacen ningún movimiento, saben que quiero esto para mí, lo anhelo. Nunca debió poner sus sucias manos sobre la indefensa niña, nunca.  Le amputaré las malditas manos por tocar y golpear su cuerpo. Le arrancaré los testículos para que sienta el dolor palpable que padeció. Le cortaré la

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR