Viena, Austria.
Ancel.
Observo a través del enorme cristal. Me quedo pensativo mirando como ella se acerca a él, extiende su mano tratando de tocarlo, pero él retrocede siendo evasivo. Saboreo el trago en mis labios y coloco una mano sobre el cristal detallando los movimientos de ambos, parece que la discusión será un tanto acalorado porque ninguno dará su brazo a torcer.
Una sensación de culpa se esparce por mi pecho, suspiro.
Era imprescindible detener ese sentimiento antes de que tratara de acercarse para tentar al diablo. Aunque me niegue tener un gusto, he notado como la mirada o la protege; me he dado cuenta del interés imprudente hacia ella.
Maldición.
Será un problema que desatará el caos.
Veo como ella da un paso cortando toda distancia, posa su mano sobre su pecho le
