Mientras Will se volvía hacia la puerta del pasillo exterior, empezó: «Pero, pero...». Rachel le cerró la puerta en las narices. Seguro que los vecinos de los pisos inferiores y del pasillo se sobresaltaron con el ruido. Rachel regresó a la sala, sacudiéndose las manos, y se volvió hacia Sarah: «Estoy muerta de vergüenza de Will y su actitud. Pensé que sería un buen amigo para mí y para nosotras, pero estaba muy equivocada. Lo interpreté mal, ¡fue culpa mía! Me lo contó un poco mientras volvíamos de cenar y cuando salimos anoche, pero pensé que podría cambiar de opinión. Estaba equivocada, muy equivocada. Tal como me siento ahora mismo, no quiero volver a verlo ni hablar con él. Lo siento mucho, Sarah, y todos». Sarah fue a abrazar a Rachel, y ambas se tranquilizaron mutuamente. Sarah di

