Si las miradas hablaran

Belle

Ugg que dolor de cabeza, no debí excederme de esa forma ayer, pero que mas en unos años la noches de las fiestas dejaran de ser tan continuas y entrare a la monótona vida de un adulto responsable con trabajo. Después de tomar una ducha procedo a prepararme el desayuno y le marco a mi mejor amiga.

-¿Hola?- suena su voz ronca y como no si anoche no de baja de cantar, parece una rocola andante. ¿Que no se sabe esta mujer?

- Vale, ¡Hola! No me digas ¿qué sigues en cama?- digo con una pequeña risa.

-¿Por qué siempre llamas tan temprano después de una noche de fiesta?

-Porque ya es medio día perezosa.

Sin darme cuenta ya habíamos hablado por casi una hora, como siempre ella habla de los chicos que conoció y con los que ya ha imaginado toda una vida justos, a lo cual siempre me burlo ya que siempre que salimos se “enamora” según ella de alguien nuevo. Pero bueno, ella es así cree en el amor y las relaciones, algo a lo que yo no estoy dispuesta en creer.

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Ya es lunes y alguien se esta mudando en el apartamento del lado, algo que se me hace insoportable, pues en mi edificio los apartamentos no son muy grandes y las paredes parecen hechas de papel así que se puede escuchar todo y resulta una pesadilla, ya que no me puedo concentrar para mis exámenes. Y así paso todo el día, no pude estudiar casi nada y para rematar son las 9 de la noche y mis vecina/o no deja de hacer ruido, definitivamente cuando sepa quién es, ¡l@ acabare!