La entrevista terminó y apenas tuvo oportunidad salió corriendo de las instalaciones de TDE. Claro que debía volver mañana para arreglar de una vez por el pago que aún tenía pendiente.
Había oído en una de las salas de practica cercanas a donde hizo la entrevista una de las nuevas canciones de Moonlight sonar, pasos y algunos aplausos. Temía que uno de los chicos saliera y la viera. No tenía valor para verlos después de casi echar a perder su carrera.
Revisó otra vez en la habitación de hotel la cuenta de i********: de la banda esperando a que ellos se pronuncien y pongan algo más en sus post, algo que pueda cubrir ese anuncio.
》Hola. Este es TDE y por este medio hacemos pública la ruptura amorosa entre Mónica Méndez y Christopher Ventura.
Respetamos la decisión de los chicos al poner fin a su relación y esperamos la comprensión de los fanáticos y los medios. Por favor abstenerse de preguntar las razones pues nadie más que la pareja lo sabe.
Pedimos espacio para nuestro artista y para la señorita Méndez, quien cuenta con la apoyo de la empresa cuando se presenten inconvenientes tales como acoso o invasión de la privacidad.
Gracias por la compresión.
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— Me duele la pierna, creo que me lesioné — bromeó Elián mientras ingresaban a la empresa para seguir practicando las coreografías y en la tarde acabar de grabar su segundo álbum.
— Obvio, con esa piernitas que te cargas— Jay comentó divertido ajustando en su hombro la correa de su bolsa. El golpe no tardó en llegar. — ¡Ay!
— ¡Qué dejes de burlarte de mis piernas!
— ¡Es que son tan delgadas que parecen de pollo!
— ¡Jay!
El mayor se carcajeó y sacó el celular de uno de los bolsillos de su pantalón deportivo sonriendo al ver de quien se trataba.
— Hola, amor
El menor bufó en falsa molestia mientras presionaba los botones del ascensor. Arrastró a Jay dentro, el mexicano seguía conversando con Abby y sonreía.
— ¡Todo el mundo tiene pareja menos yo! — chilló y su amigo volteó a verlo entre divertido y asustado. — ¿Por qué yo no tengo novia? ¡Es injusto!
— Rubén tampoco tiene novia.
— Pero tiene una hija. — Jay se encogió de hombros — ¡Saludos Abby!
Y salió del ascensor corriendo cuando visualizó a Zack caminar despreocupado por el pasillo, se lanzó sobre el más alto quien se mostró confundido por el repentino peso en su espalda y rápidamente colocó las manos en las piernas de su amigo sosteniéndolo, aun inseguro de quien se había colgado en su espalda.
— ¿Quién es?
— Yo— dijo el cubano sonriendo y Zack le pellizcó el muslo haciendo que Elián se bajará de una vez.
— Me has asustado — exclamó el más alto y saludó a Jay quien aún hablaba por teléfono. — ¿Es tu novia? — El mexicano asintió y Zack hizo un sonido con la boca empujando la puerta y poniendo su bolsa en el suelo para calentar.
— ¿Y Rubén y Chris? — preguntó Jay imitando la acción del mayor y moviendo los hombros.
— Rubén debe estar por llegar, Chris tal vez...
Un fuerte estruendo se hizo presente cuando Rubén entró a la sala de práctica, lucia pálido y respiraba de forma pesada.
— ¿Qué te pasa?— interrogó el menor de todos, el recién llegado pidió un segundo para respirar y se enderezó para hablar.
— Parece que has visto al diablo — Jay habló y Zack río. Rubén negó con la cabeza.
— Algo peor, bueno no pero a que no adivinan a quien acabo de ver
— j***r, si fuera adivino ya me hubiera ganado la lotería — bromeó Elián.
— ¿Quién está aquí? — Jay usualmente no era muy curioso pero esta vez debía ser algo grande pues Rubén era bastante reservado en algunas cosas, y si estaba haciendo escándalo algo debía pasar en las instalaciones de TDE, algo grande.
— ¿El diablo? — Probó Zack y se volteó al menor — Mira, con tu mala pronunciación en inglés haz invocado al diablo. — Elián torció la boca y se mostró ofendido.
— ¡No, idiotas!— Chilló Rubén— Vi a Mónica y ella iba justo detrás de Chris.
Los tres chicos se mostraron sorprendidos. ¿Era real? Su amiga estaba en la empresa.
— No lo creo— murmuró Jay y se disponía a buscar a la muchacha cuando Rubén cerró la puerta y se colocó al frente de esta. — Aparta de en medio. — gruñó.
— No. Pienso que si está aquí debe ser algo netamente de la empresa no creo que haya venido a vernos, además la situación está delicada y Chris...
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—Oficina del sexto piso, 422— leyó el correo y bajó del taxi subiendo enseguida las escaleras y deteniéndose un momento a revisar el nuevo mensaje de la manager.
》Avísame cuando estés dentro, yo misma te guiaré y si gustas puedes saludar a los chicos. Oí que te llevabas bien con ellos.
Alisó la falda negra y entró al lugar yendo enseguida dónde la recepcionista e indicándole la cita que tenía.
— Puede pasar, use esto— le entregó una tarjeta de visitante y le indicó de nuevo dónde se hallaban los ascensores, le mandó un mensaje a Clara quien le pidió esperar en el sexto piso.
Pulsó el botón del ascensor y este se detuvo, cuando las puertas se abrieron ahogó un grito de sorpresa al verlo de nuevo. Las piernas le temblaron y de pronto maldecía el usar tacones pues se volvía torpe y él lucía tan irreal y etéreo.
Chris levantó la vista de su teléfono cuando reparó en que el elevador no se movía y su corazón se detuvo por milisegundos, casi se le cayó el dispositivo y se aclaró la garganta.
— Hola. — Murmuró, la chica frente a él reaccionó y algo indecisa entró al elevador presionado el número 6.
—Hola...
Percibía su perfume y evitó a toda costa mostrar que aquel perfume de Chanel le encantaba.
— Uh...
— ¿Cómo has estado? — cuestionó la muchacha para romper el hielo y, es que ver a tu ex-no ex- no era fácil.
— Bien— la única diferencia era que en ese momento su corazón latía más rápido y sus manos estaban frías.
— Guay.
— ¿Cómo estás tú? Quiero decir cómo vas con tu salud.
— Mejor, he estado más tranquila.
— Me alegro...
— También yo.
El ascensor se detuvo en el piso indicado y Mónica salió, no volteándose hasta que escuchó las puertas del aparato cerrarse.
Exhala y mira el lugar con atención buscando a la rubia mujer quien no da señales. Intenta tronarse los dedos pero las personas que pasan por ahí la miran de más, así que no lo hace y prefiere pararse a un costado cuando el ascensor suena anunciando que más gente ha llegado a ese piso.
Observa las instalaciones de TDE y se da tiempo de mirar con más atención los detalles del edificio, los pisos pulcros, las personas luciendo impecables y las instalaciones modernas y sencillas.
Una mujer algo mayor se acerca al verla sola y enseguida le pregunta el motivo de su visita.
— He venido a ver a alguien— responde y la mujer la mira ceñuda.
— ¿A quién? ¿Acaso eres de esas fans obsesivas con los chicos de Moonlight?
— No, por supuesto que no. Bebía reunirme con la mánager de Moonlight.
— ¿Para qué?
Mónica pierde la paciencia, no conoce a esa mujer y no lleva gafete que la identifique y por obvias razones no puede dar información porque según Raúl un par de meses atrás, no todo el personal de TDE estaba enterado del contrato, solo el staff de Moonlight.
— Disculpe, no debo darle explicaciones.
Y eso parece despertar la ira de la mujer quien frunce el ceño y la mira con aires de superioridad.
— Niña, te pido por buenos términos que te retires, no vas a ver a los chicos de Moonlight.
La castaña rueda los ojos y mira por sobre el hombro de la mujer agradeciendo cuando ve a Clara caminar hasta ella.
— ¡Mónica!— exclama la mánager mientras pasa de la mujer y saluda a la chica, luego al ver a la mujer frunce el ceño, jamás le había visto y cuando quiere interrogar a la extraña esta se marcha dándole una mala mirada a la más joven. — ¿Quién era la vieja?
Mónica se encoje de hombros — No sé, se me acercó y empezó a decirme que me retire.
Clara apretó los labios y entrelazó su brazo con el de la menor y la llevó hasta su despacho.
Sonrió cuando la muchacha abrió la boca cuando pasaron por el pasillo y observó los premios de Moonlight, los discos de oro, bronce y platino. Fotos conceptuales y portadas del álbum debut.
Dejó que entre Mónica primero y le invitó a sentarse.
— ¿Quieres un café, té o algo?
— Café está bien.
Clara empezó a preparar el café y miró a la bonita muchacha.
— Ten.
— Gracias.
La mánager se sentó junto a la muchacha y esperó unos segundos a que Mónica de un sorbo a su café.
— Bueno, quiero empezar suave...
— No, no hay necesidad de que intentes endulzar la herida.
Clara asintió y siguió hablando.
— Bueno, debes saber que Raúl dio su informe y ahí manifiesta que no cumpliste con todo el contrato, faltaba un mes o menos para que termine pero decidiste adelantarte a la fecha. No hay más detalles. ¿Por qué terminar todo sabiendo que tenías una paga?
La muchacha cruzó las piernas y dudó un segundo.
— Él... él sabe la razón.
— ¿Chris? — preguntó y Mónica asintió. — ¿Podrías decirme la razón?
La joven se muestra reacia a decirle a una extraña la razón y Clara tiene dudas. Todo iba perfecto, así que no entiende que sucedió. Chris se rehúsa a hablar del tema, los demás chicos no saben y Raúl no dio explicaciones.
— No te conozco, no sé qué quieres. Después de todo, la relación era entre Chris y yo. El intermediario era Raúl. Nosotros sabemos que pasó. ¿Para qué quieres saber?
Clara frunció el ceño, Raúl había dicho que la muchacha era amable, risueña y tímida. Más la joven que estaba junto a ella se mostraba soberbia y poco tolerante.
— Quiero saber. Es importante, debes tener una razón, deben tener una razón. Y ninguno quiere decirme. No es que sea una fisgona. Pero la empresa quiere saber si la razón es suficiente para darte todo el pago y no el cincuenta por ciento.
Mónica aparta la mirada, su labio tiembla y deja la taza en el escritorio.
— Firmé el contrato y tiempo después me informaron que me pagarían. Me sentí como una idiota, y evitaba pensar en mí como una...
— No eres eso. — La consoló.
— No me importa tener el cincuenta por ciento, pero no te diré la razón de la ruptura. — Mónica se pone de pie dispuesta a marcharse. — Hice todo lo que me dijiste, grabé mi parte y espero no verme afectada en esto.
— Por supuesto que no, la empresa te dará respaldo. Ningún medio puede tomarte fotografías o vídeos, mucho menos entrevistarte. Si lo hacen, sin importar si es el tu país, la empresa se hará cargo.
— Gracias. ¿Puedo irme ya?
— Solo firma esto y pronto se te entregará tu parte.
La muchacha vuelve a sentarse y lee las hojas con atención.
— Mónica— la llama siendo cautelosa— Si en algún momento quieres contarme lo qué pasó... puedes hacerlo y sea lo que sea te ayudaré a que te den el resto.
— No me interesa, y siendo sincera... no quisiera volver aquí de nuevo — Mónica firmó y le entregó los papeles.
— No lo tomes personal. Solo... quiero alejarme de todo esto.
— Entiendo, no te preocupes. — Le sonrió y le entregó un boleto de avión— No puede conseguir uno en la tarde y ninguna aerolínea tenía boletos a menos que sea para mañana.
— Por suerte vine en vacaciones. Gracias. Disculpa la molestia y mi comportamiento.
— Descuida y si quieres ver a los chicos... las salas de prácticas están en el décimo piso, la última sala.
Mónica asiente y sale del despacho.
Clara mira los papeles con la firma de la joven y sus dudas crecen. Es curiosa y cuando ella estaba al frente de las aprendices miraba la interacción de la pareja en la televisión y si no supiera era también creería que todo era actuado.
Aun no se explica por qué de un momento a otro Raúl ocupó su puesto y cuidaba de la nueva banda de chicas que se seguía entrenado y ella subió a ser mánager de Moonlight.
Y su amigo no puso pegas, pero tampoco le explicó la razón.
Además Clara era creyente de que Chris y Mónica eran la viva expresión del amor ídolo-fan.