4 Esa noche Berenice no pudo conciliar el sueño debido a que su invitado descansaba justo al otro lado de la pared. Pasó toda la noche entre sentir su corazón latiendo con fuerza por encontrarse con el famoso Marc Hailen y tener escalofríos al pensar en lo que podría suceder en los próximos días. Ese maldito seguro de diez millones de dólares parpadeaba y ululaba continuamente como una sirena de policía en su mente y finalmente decidió que, para no meterse en problemas aún peores, lo mejor que podía hacer era complacer la naturaleza dominante de su invitado. Logró quedarse dormida a las 5 a.m. y después de dos horas su alarma comenzó a sonar como una ametralladora, pero Berenice no quería levantarse. Se obligó a dormirse de nuevo, tapándose los oídos con la almohada hasta que la alarma

