Un Café y Una Señal Callum llevaba horas encerrado en su despacho, revisando contratos, contrademandas y planes de adquisición con una precisión quirúrgica. Todo estaba bajo control, pero su interior hervía. Necesitaba aire. Si no salía, gritaría hasta desgarrarse la garganta. Llevaba semanas de acoso mediático por el enfrentamiento con sus padres en tribunales. Y ese mismo tiempo sin noticias de Aurora. Eliot había intentado distraerlo, incluso le sugirió que lo acompañara a comprar un café cercano para hablar de un par de movimientos financieros. Callum, contra todo pronóstico, aceptó. Incluso se ofreció a ir solo. El café estaba a pocos pasos de su edificio. Callum iba a entrar cuando escuchó una voz conocida. Una voz demasiado calmada, demasiado confiada. - Sí, sí, no tardes… - decí

